Se ha presentado una acusación contra la información sobre el clima de la BBC, alegando 20 años de parcialidad endémica y la producción de noticias falsas, a la revisión de la Carta del Gobierno de la Corporación. Publicado por la Global Warming Policy Foundation y escrito por el veterano observador de la BBC Paul Homewood, sugiere que todos los errores de hecho detallados en su presentación «podrían haberse evitado fácilmente con un poco de investigación básica». El periodista ciudadano Homewood no se anda con rodeos: «Esto es el peor periodismo posible».

 Se argumenta que la «podredumbre» se estableció después de un seminario en 2006 -una reunión que la BBC luchó durante muchos años para mantener en secreto- que dio forma a la cobertura del clima. Al seminario asistieron muchos activistas verdes, como Greenpeace. «Desde entonces, la norma de los reportajes de la BBC sobre el cambio climático y la política energética ha sido excluir o marginar a cualquiera que no esté de acuerdo con la opinión consensuada, al tiempo que se ha dado una prominencia indebida a grupos activistas verdes extremos como Greenpeace y WWF«, escribe Homewood.

En un pasaje en el que se detalla cómo la BBC «neutraliza» las quejas, Homewood explica que se emplea la defensa de «lo que dicen los científicos»: la BBC no está emitiendo su propia opinión, «simplemente relatando lo que otros dicen». Homewood ha presentado muchos casos contra la BBC durante la última década, y ha tenido cierto éxito. Sin duda por su amarga experiencia, relata lo que él llama la defensa más común de la BBC, a saber, «simplemente ignoran la queja, con la esperanza de que desaparezca».

 En opinión de Homewood, el ejemplo más atroz de esto se refería al documental televisado en 2019 de Sir David Attenborough «Climate Change – The Facts». En él se hacían varias afirmaciones muy cuestionables de que las tormentas, las inundaciones, las olas de calor y el aumento del nivel del mar están empeorando rápidamente como consecuencia del cambio climático, ninguna de las cuales está respaldada por el IPCC. Una queja en el sentido de que no había pruebas científicas detrás de las afirmaciones de Attenborough, «fue simplemente desechada sobre la base de que algunos científicos no estaban de acuerdo con la línea oficial».

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