En octubre del 2020, se produjo una de las mayores restricciones a la libertad de expresión y de prensa en la historia de Estados Unidos, cuando la noticia sobre el descubrimiento de la laptop en donde el criminal internacional Hunter Biden, hijo del por entonces candidato demócrata, albergaba toda su actividad delictiva fue infamemente censurada por las principales redes sociales.

Consultado sobre este episodio en el podcast de Joe Rogan hace unas semanas, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, intentó excusarse afirmando que fue el FBI quien le advirtió que estuviera en “alerta máxima” por los esfuerzos rusos para liberar información “falsa” sobre los Biden antes de las elecciones, y que por eso tomó la decisión sin precedentes de eliminar artículos de prestigiosos medios como el New York Post, The Daily Mail e incluso hasta La Derecha Diario.

Hoy, gracias a información obtenida por el Washington Free Beacon, se supo que los dos agentes del FBI que se reunieron con Zuckerberg y recomendaron al gigante tecnológico que frenara la difusión de la noticia eran dos militantes demócratas, que habían sido ascendidos durante la presidencia de Obama y tenían estrechos vínculos con el Partido Demócrata.

Se trata de Laura Dehmlow, jefa de unidad de la Fuerza de Tareas de Influencia Extranjera del FBI, y Elvis Chan, jefe de la división cibernética del FBI. Estos dos agentes además de visitar personalmente a Zuckerberg, estuvieron involucrados en las comunicaciones entre el FBI y Facebook que llevaron a que la historia sobre Hunter sea censurada a pocos días de los comicios.

Los registros de finanzas de las campañas prueban que Dehmlow hizo una donación al Comité Nacional Demócrata en 2020, mientras que Chan repartió 50 dólares para cada uno de los candidatos que los demócratas llevaron para el Senado en Georgia ese mismo año.

En ningún momento los agentes intentaron ocultaron su parcialidad, e incluso la hicieron pública luego de la elección. Chan confesó en una entrevista para la prensa demócrata que “estuvo muy involucrado en ayudar a proteger las elecciones estadounidenses en 2020″ y que el FBI “trabajó en conjunto con el sector privado para contrarrestar la propaganda republicana”.

Además, dijo que se reunió con empresas de tecnología y redes sociales “semanalmente” antes de las elecciones para compartir inteligencia sobre cualquier actividad “inusual” en sus redes. Estas empresas no abarcaban solamente a Facebook, sino también a Google y a Twitter.

Directivos de Facebook (ahora llamado Meta) y el mismo Zuckerberg reconocieron las reuniones estos agentes demócratas, mientras que Twitter, que adoptó una postura aún más invasiva eliminando de la plataforma a cualquier usuario que compartiera la historia de Hunter, hizo lo propio, pero sin identificar a los agentes con los que compartió inteligencia.

Los ejecutivos de Facebook y Twitter han reconocido que se equivocaron al censurar la historia de Biden. No hay evidencia de que Rusia haya participado en el descubrimiento de la laptop, sino que fue John Paul Mac, el dueño de un taller de reparación de computadoras de Delaware, quien proporcionó una copia del disco duro al FBI a fines de 2019 y entregó otra copia a los medios en 2020, luego de que expirará el contrato de reparación dado que Hunter Biden nunca fue a buscar la computadora que dejó en el taller.

La investigación sobre los hechos delictivos del hijo de los Biden recayó en las manos del agente del FBI Timothy Thibault, otro confeso donante demócrata que se encargó de cajonear la causa por dos años. Recientemente, se vio obligado a renunciar a su puesto en medio de denuncias por su parcialidad y sus acciones contrarias a una investigación justa.

Desde 2008 hasta la fecha, militantes demócratas han copado las agencias federales de inteligencia y seguridad, e incluso durante los 4 años de gobierno de Trump, estos agentes han actuado de manera autónoma para promover la agenda demócrata.

Este es un problema que los republicanos nunca pensaron que iban a tener y deberán resolver en caso de que retornen al poder, para poder gobernar. Estos nuevos descubrimientos están siendo revelados gracias a una demanda interpuesta por el fiscal general de Missouri, Eric Schmitt, contra la Casa Blanca de Biden y las redes sociales por colusión para censurar la libertad de expresión.

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