Brian Nguyen, un hombre biológico de 19 años que se auto percibe mujer, ganó un concurso de belleza en Estados Unidos celebrado el pasado fin de semana en el estado de New Hampshire. Se trata de la primera vez que un concursante transgénero gana un certamen de belleza para mujeres auspiciado por Miss America.

En el concurso participan mujeres jóvenes de entre 17 y 24 años, y la ganadora se hace acreedora de una beca universitaria. Históricamente, se requería que los participantes sean mujeres, pero en los últimos años, gracias a la tendencia progresista moderna, esta condición quedó desdibujada, y hombres que se auto perciben mujeres fueron permitidos participar.

“En los 100 años de historia de Miss America, me he convertido oficialmente en la primera titular transgénero dentro de la organización “, escribió Nguyen en las redes sociales. “Me siento honrada de ser coronada como nueva ‘Miss Greater Derry 2023’, y estoy encantada de mostrarles todo lo que tengo bajo la manga “, afirmó.

El triunfo de Nguyen se produjo poco después de que la Corte de Apelaciones de EE.UU. dictaminara que los concursantes transgénero pueden ser excluidos de los eventos de belleza de Miss America, si así lo decidiesen los organizadores.

Grupos LGBT habían tratado de que la justicia determine que excluir a las personas transgénero de participar violaba la Ley de Derechos Civiles y marcaba una discriminación inconstitucional.

Sin embargo, debido a que estos certámenes son para mujeres biológicas, lógicamente, con el fin de “expresar la visión ideal de la mujer estadounidense “, la Justicia falló que su elegibilidad está protegida por la Constitución “contra el discurso forzado “.

La realidad es que si Brian Nguyen hubiera sido biológicamente mujer jamás habría superado las primeras instancias de eliminación para participar en la competencia. No cumple con ninguno de los requisitos de belleza que el certamen siempre inculcó a sus participantes.

Pero gracias a la delirante ideología de género, no solo los hombres biológicos ahora vencen a las mujeres biológicas en deportes, sino que también en disputas de belleza femenina.

Para los casos deportivos es aún más ridículo, ya que el sexo biológico es uno e inmutable. Aunque las ligas exijan un tratamiento de inhibición de testosterona, ha quedado demostrado en decenas de casos que los hombres biológicos vencen fácilmente a las mujeres, pasando de ser unos deportistas fracasados en sus divisiones a alcanzar los primeros puestos en las ligas femeninas.

Tal como fue el caso de Will Thomas quien hasta el 2019 fue un nadador mediocre, pero gracias al disparate esquizofrénico progresista, pasó a ser Lia Thomas y ganar todas las competencias femeninas.

 Esta desventaja en cualquier tipo de competencia lo único que conseguirá es que las mujeres queden desprotegidas y en una desigualdad de condiciones que las llevará al abandono de aquello por lo que tanto han luchado.

Tal como ha dicho el escritor Gilbert Keith Chesterton, llegará el día en que será preciso desenvainar una espada para afirmar que el pasto es verde. Si Occidente continúa permitiendo que la izquierda avance con sus delirios, tendremos como consecuencia que las personas no encuentren ningún sentido en la autosuperación y en el trabajo duro. No existirá jamás ningún tipo de premiación al sacrificio y al esfuerzo, aquellos conceptos que permitieron a la sociedad avanzar hacia objetivos de grandeza. La única igualdad que busca la izquierda es aquella donde seamos todos mediocres.

 
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