Opinion Inma Castilla de Cortázar Larrea 01/02/2023

De la argumentación… al insulto

El comunismo ha consumado el más flagrante fracaso, económico, sociológico y antropológico

Pedro Sanchez

Las razones de fondo, a las que respondía la convocatoria en Cibeles de un centenar de asociaciones cívicas del 21 de enero de 2023, fueron distribuidas –además de por las redes sociales– a los medios de comunicación nacionales y extranjeros, a los partidos políticos, a las embajadas y consulados y al Parlamento Europeo.

El Manifiesto final, magistralmente leído por Júlia Calvet Puig y Nacho Trillo de Arespacochaga, resumía con precisión los motivos que habían provocado una generalizada indignación en la sociedad, ajena a las siglas partidistas a las que irremediablemente tenemos que recurrir –a duras penas– los ciudadanos de a pie en periodo electoral.

 Tan evidentes eran las distintas sensibilidades de los allí congregados y tan nítidas las razones que los unían que resultó patética la información de algunos medios del gran pesebre mediático del Gobierno. Por citar un ejemplo, la intervención de Ángels Barceló (SER), leída cuidadosamente al dictado de Moncloa. Intervención, que lamento sinceramente, por proceder de una periodista con sobradas dotes de análisis y de dicción para no tener que incurrir en estos errores que la descalifican y desprestigian como informadora.

 En primer lugar, la Delegación del Gobierno estimó que eran 37.000 las personas congregadas cuando un riguroso y elemental análisis apuntaba a las 620.000. Sea cual sea la versión oficial, contrastar con la realidad es lo menos que se le puede pedir a un profesional de la información.

 Adjudicar la convocatoria a los intereses de los partidos políticos de la oposición, que –por cierto– tanto dejan que desear en su mutuo entendimiento, es una interpretación en clave partidista y cutre que nada tuvo que ver con el espíritu (entusiasta defensa de nuestra ejemplar Transición a la Democracia), ni con los modos, ni con los contenidos de esa movilización ciudadana, realizada con una incomprensible precariedad de medios económicos y con todos los obstáculos posibles por parte de la Delegación del Gobierno.

¿Acaso piensan los medios de comunicación que España depende de los partidos al uso y que los ciudadanos no tienen legitimidad para manifestar sin restricción alguna lo que piensan? Me corrijo, con la única restricción de evitar el insulto o la calumnia. Cuestiones que fueron evitadas en lo posible (insultos los hubo, calumnias ninguna) por la organización del evento, así como las dos únicas banderas preconstitucionales que se retiraron a dos personas mayores, sin oposición alguna por su parte, y que –con sorpresa– se justificaron: «era la que tenía en casa».

 Pero calumnia… que algo queda. De este modo, se trasladó –o se pretendió trasladar– a la opinión pública, contra toda evidencia, el asalto al poder democráticamente elegido de unos trasnochados fascistas, adjetivo que por mucho que se repita, no dejará de ser un insulto grave. Grave, gravísimo porque el fascismo es una ideología y sistema totalitario de extrema derecha que se opone a la democracia, al liberalismo y a la internacionalización y que defiende la superioridad de la raza al estilo de los nacionalismos vasco y catalán. Nada de esto estuvo representado en Cibeles.

 Además, se le adjudica al fascismo el oponerse al «comunismo». Esto lo hacemos muchos ciudadanos de bien tras la constatación de los denigrantes resultados del comunismo allí donde se ha establecido: el hundimiento del pueblo –en nombre del pueblo– en la más absoluta miseria material y moral.

El comunismo ha consumado el más flagrante fracaso, económico, sociológico y antropológico. Y como los extremos se unen, los totalitarismos de ambos signos se encuentran. No pocos historiadores han considerado a Adolf Hitler y a Iósif Stalin como los mayores exponentes de las tiranías totalitarias del siglo XX: una fascista y otra comunista. Ambos demostraron un similar «respeto» por la vida y la dignidad de todo ser humano, causando decenas de millones de muertos antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial.

 En nuestro tiempo, en el que el relativismo campa a sus anchas, el mentir es admitido como «modus operandi» por lo que no hay recato alguno en cuestionar la verdad en nombre de la libertad o del propio interés. Así, un gobierno y sus medios de comunicación comprados atropellan la verdad sobre las personas y sus legítimas posiciones, porque se ha desdibujado el referente con la realidad.

En una sociedad modelada por el relativismo, la realidad se tambalea. Se justifica que comunistas formen parte del Gobierno en un Estado de la Unión Europea y la retahíla de atropellos a todas las instituciones que se enumeran en las mencionadas «Razones de fondo de la convocatoria del 21E».

 Poco antes de ser fusilado por los nazis Marc Bloch afirmaba, como lo hicieron los ciudadanos congregados en Cibeles: «No existe (…) libertad que pueda ser plena si no se ha esforzado uno mismo en conquistarla». Calumnien, señoras y señores, aquí nos tendrán.

 Evite la censura de Internet suscribiéndose directamente a nuestro canal de Telegram, Newsletter

Haz tu Donación

Síguenos en Telegram: https://t.me/impactoespananoticias

Twitter: https://twitter.com/impactoSumustv

Instagram: https://www.instagram.com/impactoespana?r=nametag

YOUTUBE:https://youtube.com/@impactoespananoticias

Odysee: https://odysee.com/@impactoespa%C3%B1anoticias:a

WhatsApp: 635967726

Te puede interesar

La élite dirigente occidental: su desarrollo y su traición

Estos nefastos planes de la minoría dirigente occidental representan obviamente una amenaza significativa para la libertad individual a escala mundial. Por desgracia, ya se han aplicado parcialmente

El lado oculto de la Agenda 2030

El globalismo que inspira la Agenda 2030 sabe que el control (y la reducción) de la población mundial requiere del control de las fuentes de energía y de los alimentos

PONGA UN ABUELO EN EUROPA

Tertulias  infumables que se dedican al periodismo amarillo y ese feminismo agresivo de  mal estilo, que en nada se parece a aquel feminismo de los cincuenta lleno de cultura y realismo, sin miedos

Davos y la OMS: hacia una dictadura sanitaria global (y II)

La OMS y el globalismo quieren implantar un poder dictatorial para sí mismos, un enriquecimiento ilícito para unos pocos y un control tiránico y claustrofóbico para el resto de nosotros

Dimisión irrevocable

"Si lo que pretende Pedro Sánchez con su lacrimosa carta es generar una corriente de compasiva simpatía hacia su persona, corre el serio riesgo de obtener lo opuesto y despertar el hartazgo de una ciudadanía fatigada por sus muchas contradicciones y mentiras"

"Deslegitimando la subordinación al caos social planificado"

El hombre es el lobo del hombre, Thomas Hobbes