Internacional Oriana Rivas 25/03/2023

Eliminar todos los impuestos tecnológicos: nuevo plan de Bukele para El Salvador

Se desconoce cuál es el objetivo político. La decisión que dista mucho de las políticas estatistas de otros gobiernos de la región, como el argentino, podría tener dos caras

Nayib Bukele

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, anunció que enviará al Congreso un proyecto de ley para eliminar «todos» los impuestos aplicados a «innovaciones tecnológicas» que además contribuyan al desarrollo de la inteligencia artificial (IA). Así, el mandatario busca anotarse más puntos y elevar aún más su popularidad, la cual ha repuntado en los últimos meses con medidas como la guerra contra las pandillas y la consecuente disminución de la inseguridad.

Ahora, el jefe de Estado salvadoreño va por los impuestos. En su mensaje publicado vía Twitter, dejó saber que la medida está planteada para suprimir la carga tributaria «sobre la renta, la propiedad, las ganancias de capital y los aranceles de importación». Respecto a qué innovaciones tecnológicas saldrán beneficiadas, se incluirá «la programación de software, la codificación, las aplicaciones y el desarrollo de IA; así como la fabricación de hardware de computación y comunicaciones».

Se desconoce cuál es el objetivo político y de qué manera específica beneficia esto al gobierno de Bukele. Aunque sin esos detalles, el mandatario ya está recibiendo espaldarazos. Eliminar impuestos es una decisión que dista mucho de otros gobiernos de la región. La mayoría, defensores del socialismo, los aumentan para recaudar —debido a su enorme gasto público— a costa de los contribuyentes o empresas privadas, y como resultado, ahogan al aparato productivo, importador y a los consumidores.

Uno de los ejemplos más destacados es Argentina, donde el gobierno de Alberto Fernández elevó los aranceles de importación para productos tecnológicos. Otro golpe al bolsillo de la población que sobrevive con la segunda inflación más alta de América Latina.

La nueva cara de Bukele
Bukele trabajó durante los últimos tres años una imagen positiva en comparación con sus inicios en la Presidencia de El Salvador. Hoy, con medidas que lucen acertadas, busca distanciarse de episodios pasados, como cuando en febrero de 2020 ingresó con militares armados al Congreso para exigir a los diputados la aprobación de 109 millones de dólares para financiar su plan contra las pandillas.

El carácter autoritario parece estar lavándolo con una imagen de defensor del libre mercado. Hoy luce como un presidente que toma acción en lugar de apelar a ideologías políticas. No defiende el socialismo, ni el capitalismo. Bukele ejecuta. Esto fue lo que, en parte, lo llevó a discutir públicamente contra el presidente colombiano Gustavo Petro en redes sociales. Este último criticó la nueva cárcel de máxima seguridad salvadoreña al calificarla como «campo de concentración», olvidando que su «perdón social» muy poco ha logrado para disminuir la inseguridad en Colombia.

Ahora bien, eliminar impuestos a las innovaciones tecnológicas podría tener dos caras: que el país centroamericano repunte en desarrollo tecnológico o que la accesibilidad a nuevos softwares o aplicaciones sirva al gobierno de Bukele en otros términos.

 Una decisión, ¿dos objetivos?
La inteligencia artificial llegó para quedarse por medio de herramientas como ChatGPT. La dictadura venezolana de Nicolás Maduro decidió usar esa tecnología en su favor para mejorar su propia imagen en el plano internacional, y así reforzar la retórica de que el país «mejoró» económicamente.

El canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), al servicio del régimen, replicó un supuesto noticiero de Estados Unidos donde dos «reporteros» contaban cómo los venezolanos gastaban cientos de dólares en sus vacaciones. Todo era falso. Los personajes fueron generados con avanzados softwares y los videos fueron eliminados por YouTube por esta razón.

La decisión de Nayib Bukele luce acertada por eliminar los impuestos a las herramientas que sirven a la industria de la tecnología, pero aún falta que se conozcan los propósitos de su proyecto de ley.

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