Muchos años ha, se viene planteando la necesidad de auditar la ‘gratuidad’ en el discurso electoral de los partidos políticos. Diferentes foros jurídicos, ciudadanos e incluso políticos serios, que haberlos haylos, se han planteado el compromiso formalizado y vinculante de esos programas que tan alegremente vocean en cada campaña.

Es tema apremiante, redundante, de acritud galopante, al igual que la casi totalidad de nuestra ley electoral; tanto por obsoleta y ‘bananera’ como por injusta. Lo ideal sería un elector un voto, la realidad dista bastante de la máxima, llegando a ser escandaloso y brutal el esfuerzo demandado a las nuevas formaciones políticas o el censo de población.

Esa ley D’Hondt, reaviva cada vez más un debate en profundidad y una nueva norma de representación pública en este sistema con tantas imperfecciones, trucos y tratos –pactos contrahechos− de una democracia representativa, y no directa, como la nuestra.

Y todo está mu’ requetebién, si militas en el bando de los chupasangres con mando en panza. Pero deja absolutamente desprotegido al ciudadano ante las promesas de campaña. No llegamos a entender por qué se sigue dando crédito a unos charlatanes de feria que trepan al atril cada cuatro años para ESTAFAR con sus performances, −y cachondeo entre bastidores− al público presente en un mitin electoral.

El pueblo necesita creer en algo, en alguien, en algunos y algunas, necesita que le hablen de un mejor futuro, de buenos tiempos para soñar, de ilusiones realizadas, de buen rollito general, de pan, pijo y habas hasta rebosar. Por eso creemos sigue calando la mentira en sus ánimas y ánimos talmente desprotegidos ante los efluvios de esas sierpes hipnotizadoras que lanzan su veneno en forma de programa-trampa en el espectáculo más rastrero y ruin del mundo.

Ayer publicamos las conclusiones de un equipo jurídico ante la desprotección de los votantes hacia las promesas electorales. Hoy lanzamos este aviso a navegantes y sufridos votantes para alertar sobre la impunidad de la mentira en campaña electoral. No vale ya aquel chascarrillo del prometer hasta meter. Este país se está fallando a sí mismo cada vez que torna en chanza las penas que le embargan. Ya no vale cantar para tragar la mierda que nos lanzan.

Caro estiércol, porque no es gratis, sabéis, además de embarrar nuestras vidas con sus porquerías nos cobran hasta la desesperanza. Y donde dicen digo luego dicen Diego, y más frescos que las extintas lechugas de nuestro campo rematadamente seco.

Igual de tieso que nuestros bolsillos, o los jamones pata negra que trasiegan de escaño en escaño, de despacho en despacho, bolsillo a bolsillo, de escándalo en escándalo, sin que pase na’ de na’. Y nosotros, −borregos con derecho a voto−, tragando y tragando bola, dobletes y cuatrienios. Pocos nos pasa para lo gilipollas que somos: poco, muy poco!

Y ahora la obligada reflexión final: Capullitos de la ‘Sea’, ¿ellos o nosotros?,

¡¡TÚ DECIDES!!

Y Punto.

 Evite la censura de Internet suscribiéndose directamente a nuestro canal de Telegram, Newsletter

Haz tu Donación

Síguenos en Telegram: https://t.me/impactoespananoticias

Twitter: https://twitter.com/impactoSumustv

Instagram: https://www.instagram.com/impactoespana?r=nametag

YOUTUBE:https://youtube.com/@impactoespananoticias

Odysee: https://odysee.com/@impactoespa%C3%B1anoticias:a

WhatsApp: 635967726