Un día más del duro periplo en el que se ha convertido la precampaña electoral para Unidas Podemos. La formación morada se ha visto envuelta en una serie de circunstancias que han asfixiado sus intenciones electorales de cara a la cita con las urnas del próximo 28M. Fruto de esta coyuntura tan particular, se ha producido una especie de explosión de nombres que ha salpicado a cada autonomía de manera diferente.

Al calor de esta disgregación, la marca ‘Unidas Podemos’ no concurrirá a las próximas elecciones madrileñas bajo dicha nomenclatura. En su lugar, lo hará con las siglas de las tres formaciones que integran la coalición en la región: Podemos, IU y Alianza Verde. Un cambio en la papeleta que refleja, además de un mal momento para el partido fundado por Pablo Iglesias, una nueva y gris etapa.

 El eco resuena en más comunidades
 
Fuera de la región madrileña, el estallido ha llegado a otras comunidades. De las diez autonomías en las que estos partidos se presentan juntos a la cita electoral, cinco de ellas emplearán la fórmula del nombre combinado (Unidas por Extremadura, por ejemplo) y otras cinco mezclarán las siglas de los partidos de la coalición.

Esta grieta en la marca se había asomado tras la debacle de las elecciones andaluzas de junio, saldadas con una imponente mayoría absoluta del Partido Popular. La izquierda salió malherida de las urnas. Entonces las direcciones de Podemos e Izquierda Unida ya trataron la posibilidad de cambiar la nomenclatura en el futuro. Según apunta ‘El País’, fuentes conocedoras de las conversaciones buscaron en el rebautizo de la alianza una vía para frenar el desgaste de la marca.

Si bien Podemos e IU ya habían pactado fijar la denominación ‘Unidas’ como elemento común y con posibilidad de combinar con elementos propios del territorio, el éxito o decadencia de la marca ha terminado por remover los cimientos que sustentaban la nomenclatura en aquellos territorios donde se ha nublado el cielo electoral.

Y en Madrid las cosas han cambiado tanto que se muestra más encapotado que nunca. Los barómetros no pronostican grandes resultados para la formación morada. Según los últimos datos del CIS, caería hasta un sonrojante 6′7% en intención de voto. Y los hay que aseguran un peor escenario todavía, sobre todo tras la irrupción del proyecto de Yolanda Díaz y la vuelta a la tostada que proporciona Sumar dentro de un mismo espacio político.

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