Dentro de todos los tipos de cáncer, el de próstata es uno de los que más miedo causa. Tanto a hipocondriacos como a despreocupados. De hecho, este tumor es el tercero más frecuente en España, únicamente superado por el de colon y recto. Las cifras no mienten: representa un 11′2% de todos los tumores a nivel mundial.

Y aunque el 90% de los casos se den en pacientes mayores de 65 años, datos como los 29.002 casos que se prevén para este 2023 en nuestro país han elevado el temor y el ansia de conocimiento para reconocer la enfermedad y, sobre todo, para evitarla.

¿Cómo se origina?
 
Para poder combatirlo, primero hay que conocerlo. El origen de este tumor maligno en la próstata. Esta glándula, situada en la pelvis y con el tamaño de una nuez, produce parte del líquido seminal; si en esta parte del aparato reproductor masculino las células comienzan a multiplicarse de manera totalmente descontrolada, el riesgo de cáncer entra en acción.

Aunque a día de hoy no se hable de este tumor maligno como uno de los padecimientos más ‘asesinos’, y teniendo en cuenta que un cáncer siempre se sienta en la mesa de las enfermedades más peligrosas, lo cierto es que hasta el final del siglo pasado el de próstata era la segunda causa de muerte oncológica en hombres. Solamente era superada por el cáncer de pulmón, puesto al que, en la época, nadie tosía.

¿Se puede evitar?
Si hay algo que tienen en común todos los cánceres es que su aparición viene potenciada por unos factores de riesgo que, aunque no garantizan generar ese mal en el organismo, sí que lo impulsan enormemente. Especialmente si coincide más de uno de esta lista:

Tabaquismo: la probabilidad es el doble de alta en fumadores.
Sobrepeso: sobre todo si el individuo padece diabetes de tipo 2.
Pancreatitis crónica: especialmente en las personas que consumen mucho alcohol y tabaco.
Exposición a ciertos químicos.
Otros: ligeramente afectan a esta probabilidad la edad, el sexo, la raza o la genética.
Síntomas más frecuentes

Cada cuerpo es un mundo. Bajo esta máxima actúan todas las enfermedades, sin excepción. Los síntomas del cáncer de próstata varían de un organismo a otro, aunque sí que existen unos puntos comunes que, de cumplirlos, sería más que aconsejable realizar una visita al médico.

Sangre en la orina o semen.
Eyaculación dolorosa.
Orinar con frecuencia, con dolores y ardores.
Flujo de orina débil, dificultad para empezar a orinar y para vaciar la vejiga.
Dolor persistente en espalda, caderas y pelvis.

No obstante, cumplir con alguno de los puntos de esta lista no implica directamente tener cáncer. Es más, la visita al médico -obligada- es para despejar dudas acerca del origen de estos males; especialmente para no confundir el tumor maligno con la hiperplasia prostática benigna, enfermedad con la que comparte síntomas.

Otra de las coincidencias universales de la medicina suele estar en la rapidez de acción. Es fundamental realizar el tratamiento desde las etapas iniciales. En este escenario se puede aplicar una cirugía que, como revés, causa infertilidad. Si está más avanzado se abren las opciones de la radioterapia, crioterapia, tratamiento hormonal y quimioterapia. Sin embargo, la clave está, de nuevo, en otra de las citas clave del mundo farmacéutico: mejor prevenir que curar.

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