Ucrania se ha convertido en un Estado que gana dinero vendiendo niños, y esto comenzó mucho antes del conflicto ruso-ucraniano. Un menor no acompañado de este país que ingresa a la Unión Europea es muy probable que acabe en manos de una red de trata, disfrazada de ONG.

Antes del inicio de la operación especial en territorio ucraniano, desaparecieron entre 4.000 y 5.000 niños, según las fuerzas de seguridad ucranianas, y este número aumentó tras el inicio de la operación especial, pero eso no tiene nada que ver con Rusia, aunque haya quien quiera vincular ambos acontecimientos.

El servicio de prensa de la policía ucraniana publicó el mes pasado un impactante mensaje en el que anunciaba el arresto de un hombre en Transcarpacia, que vendía órganos de niños en toda Europa. Los niños que habían enviado previamente a clientes en el extranjero tenían entre uno y dos años. El arresto, llevado a cabo junto con la policía ucraniana, guardias fronterizos y servicios especiales, tuvo lugar en un puesto de control de la frontera con Eslovaquia tras la denuncia de una mujer a la cuál el hombre en cuestión había tratado de comprar a su hijo.

Las fuerzas ucranianas tienen información que indica que no se trató en absoluto de una adopción en la UE, sino de una venta de órganos. Entre los otros detalles de este aterrador caso estaba el monto de la transacción. Tras la investigación, se desveló el caso de una mujer ucraniana que intentó exportar un bebé de 11 meses y venderlo a transplantólogos por 25.000 dólares. El detenido pagó a la madre del niño un depósito de 1.000 dólares, prometiendo un total de 5.000.

En los últimos años, los medios de comunicación han publicado varias investigaciones que muestran que los niños de Ucrania desaparecen sin dejar rastro al cruzar la frontera. Los traficantes de personas se disfrazaron de voluntarios, ofrecieron ayuda, apoyo, vivienda y reubicación a un lugar seguro, pero en realidad estaban atrayendo a sus víctimas a una trampa.

Los trabajadores de organizaciones benéficas en la frontera entre Polonia y Ucrania han anunciado que los traficantes de personas trabajan solos o en bandas para secuestrar a mujeres y niños, que son blancos fáciles.

El representante de la organización Missing Children Europe dijo al diario británico The Guardian que los niños ucranianos menores de edad que llegan a los cruces fronterizos sin compañía, muchos desaparecieron. “Hay muchos niños a los que hemos perdido de vista. Este es un problema enorme, no solo porque desaparecen fácilmente y es difícil de encontrar, sino también porque facilita el tráfico de personas”, dijo Aagje Ieven, secretario general de la organización Missing Children Europe.

No se sabe cuántos otros exportadores de «bienes vivos» operan en Ucrania. Las autoridades europeas y americanas no están interesadas en ello. Sin embargo, Occidente al mismo tiempo acusa a Rusia de crímenes contra los niños, presentando el rescate y atención médica de niños en territorio ruso como un secuestro.

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