Mientras negocia con Pedro Sánchez que el pacto de investidura incluya el compromiso de empezar a negociar un referéndum de autodeterminación, Pere Aragonès avanza en el diseño de la propuesta de votación secesionista que planteará al Gobierno a lo largo de la presente legislatura.

El grupo de expertos al que el presidente de la Generalitat encomendó antes del verano analizar las implicaciones de un referéndum acordado con el Estado, acaba de remitir su informe al Govern y plantea cinco posibles vías para votar sobre su «futuro político de Cataluña», no sin también advertir de los riesgos que comportaría celebrar esta consulta.

 El dictamen, al que ha tenido acceso el diario El Mundo, propone como primera vía un «referéndum de inicio en el territorio subestatal», que «consistiría en consultar a la ciudadanía de Cataluña sobre la conveniencia de que el Parlament iniciara un proceso de reforma constitucional que podría contemplar la independencia y/o una nueva acomodación en el seno del Estado».

La segunda opción pasaría por lo que el sanedrín de Aragonès define como «referéndum de ratificación en el territorio subestatal», que conllevaría «consultar a la ciudadanía de Cataluña sobre un acuerdo político previamente adquirido sobre la independencia o una nueva acomodación dentro del Estado». Señala el informe que esta ratificación se podría llevar a cabo «en el marco de una reforma del Estatut».

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A continuación plantea el dictamen la posibilidad de celebrar un referéndum en el conjunto del Estado. Así la tercera opción, implicaría «convocar un referéndum en el conjunto de España en aplicación del artículo 92 de la Constitución, preguntando al conjunto de la ciudadanía española si estaría de acuerdo con que el Gobierno español autorizara una consulta en Cataluña sobre la independencia y/o una nueva acomodación en el seno del Estado».

Advierten sin embargo los autores de que un resultado diferente en Cataluña respecto al resto del Estado «comportaría un choque de voluntades democráticas difícil de resolver».

 La cuarta vía apuesta por un referéndum que permitiese «aprobar por parte de la ciudadanía del Estado los términos de la independencia y/o una nueva acomodación en el seno del Estado acordados por los representantes». Sostiene que esta fórmula implicaría una reforma constitucional.

Y, por último, contempla el texto una solución híbrida: «un referéndum en el territorio subestatal», esto es, en Cataluña, y «en el conjunto del Estado». «De manera simultánea o consecutiva se podría celebrar un referéndum en Cataluña y otro en España para medir las preferencias de ambas ciudadanías sobre un escenario específico de acomodación con cuestiones diferenciadas».

Alertan de nuevo los académicos que esta posibilidad sería «inusual» y podría «azuzar aún más el choque entre mayorías estatales y minorías territoriales».

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