El fragmento de una entrevista dada por el Iman Mohammad Tawhidi puede servir para comprender el extraño panorama mundial en el que se vive, donde parecen ser aliados dos corrientes tan dispares como el extremismo islamico y la izquierda progresista.

En un artículo del National Post, Mohammad Tawhidi se presenta como vicepresidente del Consejo Mundial de Imames, una organización con más de 1.500 clérigos musulmanes de todo el mundo que rechazan el terrorismo, el extremismo, el antisemitismo, la intolerancia antimusulmana y otras formas de odio.

El mundo está en llamas con el antisemitismo.

 Los campus universitarios de todo Estados Unidos, y ahora Canadá, han sido noticia por albergar campamentos de manifestantes antiisraelíes que corean "Viva el 7 de octubre", celebran el terrorismo de Hamas y trafican con mentiras antisemitas. Esto se está haciendo supuestamente en nombre de la liberación palestina.

 El 7 de octubre, los terroristas de Hamas perpetraron las atrocidades más indescriptibles contra civiles israelíes: masacraron, mutilaron y violaron a miembros de todas las religiones mientras invocaban a Alá, nuestro santo profeta, y versículos del Noble Corán. Como clérigo musulmán, entrenado y ordenado por la Hawza en Qom, Irán, no puedo perdonar ni olvidar la utilización de nuestra religión como arma al servicio del mal.

 La glorificación del 7 de octubre ha sido prohibida en varios estados musulmanes, incluidos los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, que se han cansado del extremismo islamista. En Occidente, especialmente en los círculos académicos e intelectuales, la glorificación de la violencia de Hamas se ha convertido en algo de rigor.

 Estos manifestantes y las figuras poderosas que los apoyan están borrachos de una potente y peligrosa mezcla de islam malinterpretado, marxismo, posturas morales y victimismo. Este brebaje amenaza con ahogar a Occidente si no se controla. Los únicos ganadores son las fuerzas dictatoriales que han sentado las bases para esta camarilla revolucionaria. Países como Qatar e Irán son patrocinadores del terrorismo y financiadores del islamismo.

 El islamismo es una ideología distópica que es antijudía, anticristiana y antioccidental. No es lo que el Islam debe ser.

 De hecho, lo que es más horrible para mí es que los islamistas han unido a varios grupos, incluidos estudiantes universitarios crédulos y mal informados, bajo la bandera del Islam para promover una forma viciosa de antisemitismo en nombre de mi Santo Profeta.

 En las décadas posteriores a la revolución de 1979 en Irán, los falsos líderes islámicos de Teherán han pretendido hablar en nombre del mundo musulmán. La población de Irán es de unos 88 millones de habitantes, y las encuestas de 2023 del Grupo para el Análisis y la Medición de las Actitudes en Irán, con sede en los Países Bajos, sugieren que solo el 15% de los iraníes abrazan la ideología del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei. 

 Jamenei se enseñorea de una pequeña y menguante base de apoyo, pero pretende hablar en nombre de todo el mundo musulmán, con 1.900 millones de miembros. Se estima que el consejo clerical de Indonesia, Nahdlatul Ulama, tiene 108 millones de miembros, según datos recopilados por Indonesian Survey Circle, más de 21 veces el tamaño de los seguidores de Jamenei. No pretenden representar a toda la fe islámica, y su líder incluso ha visitado Israel. No se puede permitir que el régimen iraní se posicione como la autoridad islámica del mundo.

 Habiendo cometido crímenes contra la humanidad en nombre del Islam y habiendo entregado nada más que opresión al pueblo persa, el régimen iraní ha pasado cuatro décadas exportando su odio a los judíos e Israel financiando una variedad de representantes y programas. La inversión ha dado magníficos frutos: violencia, disturbios, conversaciones sobre el renacimiento del califato y martirio en los corazones de las capitales occidentales.

 Jamenei incluso consideró oportuno felicitar directamente a los estudiantes occidentales por su incansable activismo. Este es el mismo hombre que aprueba el ahorcamiento de adolescentes por transgresiones menores percibidas contra su interpretación corrupta del Islam.

 Irán ha revolucionado la geopolítica para exportar su odio. Como un pulpo, el régimen de Teherán extiende sus tentáculos a Líbano, Irak, Siria, Nigeria, Yemen, Venezuela, Gaza, Europa y Occidente. En Oriente Medio, estos tentáculos son milicias armadas como Hezbolá, Hamás y los hutíes. En Occidente, los tentáculos se presentan como think tanks, centros de defensa y organizaciones de derechos humanos que se esfuerzan por socavar la democracia y a Occidente.

 Se trata de una amenaza real a la seguridad y hay que ponerle fin. Los seminarios islámicos de Oriente Medio, y especialmente el antiguo Seminario de Najaf (Hawza) de Irak, han decidido pasar a la acción asignando un grupo global de clérigos musulmanes acreditados para ayudar a los musulmanes pacíficos a recuperar el alma del Islam. Este grupo trabajará con las comunidades locales para restaurar la integridad del Islam y lograr un mundo más veraz y pacífico.

 El Consejo Mundial de Imanes (GIC, por sus siglas en inglés), del cual soy vicepresidente, ha sido una parte integral de este esfuerzo y está trabajando con los seminarios islámicos para cumplir con esta misión.

 El GIC se forjó originalmente en la lucha ideológica y teológica contra el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS). Valientes líderes religiosos suníes, chiítas y sufíes se unieron para predicar contra ISIS y sus distorsiones del Islam. Debido a nuestro activismo, nuestros rostros fueron impresos en las portadas de las publicaciones de ISIS, pidiendo nuestras muertes.

Algunos de nuestros miembros y sus familias fueron asesinados por oponerse al extremismo, pero hemos perseverado. A diferencia de los islamistas, el lobby iraní y otras organizaciones que solo se preocupan por los musulmanes cuando promueven objetivos políticos, el GIC está comprometido con la religión del Islam y su coexistencia pacífica junto a otras religiones.

 Los verdaderos seguidores del Islam deben recuperar la narrativa de los antisemitas, extremistas y marxistas. De lo contrario, corremos el riesgo de entregar nuestra religión, nuestro futuro y cualquier perspectiva de paz a aquellos cuya moneda de cambio es el odio. No hacer nada mientras los antisemitas controlan una narrativa falsa de quiénes somos como musulmanes y árabes es inconcebible.

 El imán Mohammad Tawhidi es el vicepresidente del Consejo Mundial de Imanes, una organización que representa a más de 1.500 clérigos musulmanes de todo el mundo que rechazan el terrorismo, el extremismo, el antisemitismo, la intolerancia antimusulmana y otras formas de odio.

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