El aprendiz de dictador, Pedro Sánchez, sigue avanzando en su plan para implantar una dictadura en España.

Una vez resuelta el tema del CGPJ con la inestimable ayuda del cómplice PP (ya tiene controlada la fiscalía, el Tribunal Constitucional, el CGPJ y tan solo le falta el Tribunal Supremo, que lo resolverá en los próximos meses), y ya ha anunciado la «ley del silencio» para finales de julio, en la que censurará, perseguirá y cancelará a los medios de comunicación críticos e independientes, ahora acaba de dar el penúltimo paso en control de todos los estamentos del estado: quitarle poder al Senado – con mayoría absoluta del PP- para que no pueda retrasar sus planes.

La mayoría absoluta del Partido Popular en el Senado se ha convertido en una piedra en el zapato del PSOE, no tanto por el hecho del veto – que no supone ninguna consecuencia – sino porque supone un retraso y un revolcón político de cara a la galería.

Sánchez intenta zafarse de este pequeño obstáculo a la tramitación de las iniciativas que salen del Congreso de los Diputados,  quitando esta potestad al Senado de vetar el techo de gasto de los presupuestos, y convirtiéndolo en mas florero de lo que ya es.

Obviamente, el Senado, en manos del PP, rechazará el intento del PSOE de quitarle la competencia de vetar el techo de gasto de los Presupuestos Generales del Estado, aunque el Congreso de los Diputados levantará ese veto y se confirmará el recorte de funciones de esta Cámara.

¿Cómo lo hará?
El debate conjunto de la polémica Ley de Paridad del Gobierno de Sánchez, en cuyo articulado se ha aprobado una enmienda para levantar el veto del Senado al techo de gasto de las cuentas públicas, se podrá llevar a cabo una vez que el Congreso de los Diputados dio vía libre este jueves en el Pleno a esta iniciativa legislativa del PSOE.

Una ley que contraviene lo ya expuesto por el Tribunal Constitucional que desautorizó que en una ley se puedan introducir enmiendas que no tengan nada que ver con el contenido de la misma, como ha sucedido en esta ocasión, pero eso a Sánchez le da igual.

Aunque el Senado la rechace, cuando el texto vuelva al Congreso, la mayoría del Grupo Socialista y sus socios de investidura lo levantarán.

Es el penúltimo paso del plan dictatorial de Sánchez, que a grandes pasos va avanzando en su hoja de ruta. ¿ Y el cómplice PP? Pues eso, blanqueando los planes de Sánchez. ¿Y el resto de la oposición? Viéndolas venir y sin hacer prácticamente nada.

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