Hace unos días me comentaba un amigo que fue a la sucursal de esa entidad bancaria de Puerto de Mazarrón a sacar dinero de su cuenta, y se lo negaron. Le dijeron que fuera al cajero y lo sacara de allí. Pero mi amigo no tiene tarjeta de crédito ni de débito, por razones personales que no vienen al caso y no son de incumbencia del banco tampoco.

Le dijeron que ellos podían darle dinero solo a partir de 1200 euros. Pero mi amigo no tiene tanto dinero, no es un potentado, sino una persona normal y corriente que bastante tiene con poder llegar a fin de mes.

Cuando me contó el incidente, le acompañé para ver si lo había entendido mal él, pues antes de escribir uno un artículo ha de documentarse in situ, de ser posible. La empleada que le atendió parece ser que es eventual, de esas que contratan para el verano, y no se le puede culpar de tener mucha o poca idea. La culpa, ciertamente, es del banco por emplear a gente sin preparación para lidiar con los problemas básicos de los clientes, a mi modesto entender.

Una vez hablado con ella y ver que no nos íbamos de allí sin el dinero, llamó a una superior, supongo que esta vez sí que era de plantilla, y le volvió a soltar la misma retahíla. Que si son las normas del banco, y blablablá. Como si las normas del banco le permitieran denegar a una persona un dinero que es suyo, y como si el banco estuviera facultado para imponer condiciones restrictivas a posteriori para devolver un dinero que se le ha confiado.

Puede que la Caixa pueda prescindir de sus clientes, puede que ya no le interese tener clientes particulares, pero aún en ese caso, tiene que cumplir sus compromisos, dado que en ningún momento a mi amigo se le dijeron esas restricciones en el momento de abrir su cuenta allí, en lugar de en otro banco. Yo, por mucho menos he cambiado de banco. Y que todos los bancos hagan lo mismo no es consuelo ninguno. Si lo hacen es porque los clientes se lo permiten.

Finalmente acabaron dándole a mi amigo los sesenta euros que necesitaba, supongo que por aburrimiento o por cansancio, pero es impresentable que unos empleados de banco se escuden en unas supuestas normas, que de ser ciertas nunca se han consensuado con la clientela, para denegar a una persona un dinero que sí es suyo y no del banco.

Puede que sea torpeza de unos empleados en particular de una sucursal determinada y que el resto de empleados de eso institución nunca harían eso, pero es el nombre de la Caixa el que salió manchado. Y sí es culpa de la institución en sí permitir que se siga maltratando a los clientes de esa forma tan mezquina, si no hacen nada al respecto.

Creo que los clientes de la Caixa nos merecemos más respeto. Yo sí tengo tarjeta, pero me da la impresión de que voy a dejar de utilizarla. Y si la Caixa me exige que la use, cambiaré de banco, que de momento no parece que falten en este país.

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