Lejos de rectificar, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, insiste en su petición de comer menos carne en España. "La salud pública y la conciencia medioambiental", ha señalado están por encima de "otra serie de legítimas reivindicaciones" como los "beneficios empresariales" del sector cárnico.

Así se ha expresado el ministro en una entrevista en la Cadenas Ser, después de que el sector cárnico en España pusiera el grito en el cielo tras el mensaje de Garzón en redes sociales pidiendo reducir la ingesta de carne "porque perjudica a la salud y al planeta".

Garzón ya se esperaba la respuesta de los ganaderos. La considera "legítima" pero asegura que el  el objetivo es  "cambiar los hábitos de consumo para dirigirlos hacia un escenario" con dietas "más saludables y sostenibles". "Eso implica modificar la demanda del mercado y afecta a la oferta", ha indicado Garzón, quien ha subrayado que "esta realidad" no gusta a las empresas.

Más verduras menos carne
Garzón alerta de que la dieta mediterránea se está "desplazando". Las verduras y los alimentos frescos están siendo sustituídos "por bollería y carne roja en exceso". Y alerta de que "nos estamos jugando la vida misma". "No se trata de dejar de comer carne, sino de hacerlo de manera moderada", ha dicho. 

En este contexto, ha defendido que desde su Ministerio tienen que "contribuir" para cambiar los hábitos de consumo hacia otros "más sostenibles" e "informar" a los consumidores sobre los efectos que genera el consumo excesivo de carne. Por ello, también ha pedido consumir carne de una "ganadería extensiva, familiar y ecológica" frente a las "macrogranjas" que producen "un deterioro medioambiental" y repercute en pocos puestos de trabajo.

Las críticas a Garzón y su propuesta de ingerir menos carne ha provocado no solo la indignación del sector cárnico sino una oleadad de críticas. Incluso han llegado a publicar el menu de su boda en la que, por cierto, se sirvió solomillo.