Se acabaron las fiestas nocturnas veraniegas en Cataluña y Cantabria. Catalanes y cántabros tendrán que volver a casa pasada la medianoche tras la aprobación de un nuevo toque de queda, de una a seis de la mañana, que se aplicará en unos 161 municipios catalanes y 56 localidades cántabras.

La Justicia ha dado luz verde a la medida, propuesta por la Generalitat y el Gobierno regional de Cantabria, y ha sido bien recibida por una parte de la población.

El confinamiento nocturno se traduce en el cierre de bares y restaurantes a las doce y media de la noche, lo que, por otra parte, ha enfadado al personal de la hostelería.

Los nuevos toques de queda buscan limitar la movilidad nocturna con el fin de frenar un nuevo brote de coronavirus provocado por la variante Delta, y que se propaga sobre todo entre los jóvenes, muchos de ellos aún sin vacunar.

Cataluña es la región española con mayor incidencia del virus.