Vox ha registrado una propuesta en el Congreso de los Diputados para poner límites al léxico vegetariano, de manera que todos aquellos productos derivados de vegetales que imitan a la carne no den lugar a confusión.

Desde las filas de Santiago Abascal argumentan que no están en contra de las personas que consumen productos vegetarianos, sino del uso de términos cárnicos para referirse a tales procesados. Por eso, piden al Gobierno que modifique la normativa de la Unión Europea con el fin de impedir la utilización de denominaciones asociadas a productos de origen animal para “describir, promover o comercializar” productos alimentarios que contengan una base material de origen vegetal.

 Como solución, proponen crear una nueva categoría de productos para “evitar confundir al consumidor” y que se respete “el origen del alimento y a sus productores”. “En definitiva”, afirman en su proposición no de ley, “es necesario llamar a cada cosa por su nombre y garantizar la veracidad de la información que se traslada al consumidor, eliminando, así, cualquier atisbo de publicidad engañosa”.

Según la edición del informe de 2019, The Green Revolution, el número de españoles que se consideran veggies (el término incluye vegetarianos, veganos o flexivegetarianos) ha crecido hasta alcanzar los cuatro millones de personas. Es un 9,9% de la población que, cada día más, se ve reforzado por un movimiento en favor del consumo vegano. En los últimos dos años, en España, las ventas de alimentos de origen vegetal crecieron en un 20% en volumen y en un 48% en facturación, alcanzando los 448 millones de euros.

 En su iniciativa parlamentaria, Vox recuerda que un fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) del 14 de junio de 2017 establece que los productos vegetales no pueden comercializarse con denominaciones como “leche, nata, queso o yogur” si no proceden de un animal.

Para Vox, esa norma que protege al sector lácteo debe servir igualmente “para la protección de las denominaciones propias de productos de origen animal”. “No es coherente que se dé una respuesta diferente”, insisten.

 Vox no propone cómo denominar estos nuevos productos, aunque sí asegura que la utilización de términos como “filete” o “tocino” inducen a error por parte del consumidor. Por ello, pide prohibir “la comercialización de productos a base de vegetales con las nomenclaturas propias de los productos cárnicos, como son las mencionadas: hamburguesa vegana, vegan nuggets, albóndigas veganas, carne picada vegetal o salchichas de tofú, entre otras”.

Un sector en auge
La iniciativa parlamentaria supone indirectamente una defensa del sector cárnico, al que Vox considera injustamente maltratado e identificado por sectores de la izquierda radical como causante del cambio climático. Este mismo verano el ministro de Consumo, Alberto Garzón, animó a reducir el consumo de carne a los españoles porque “perjudica a la salud y al planeta”, abriendo una polémica que obligó a intervenir a Pedro Sánchez para zanjar el asunto.

La industria de productos veganos crece España. Según los datos publicados en el estudio El mercado de las alternativas vegetales en Europa: ¿Cuál es su tamaño real?, integrado en el proyecto europeo Smart Protein y basado en datos obtenidos por la consultora Nielsen, el mercado está liderado por las bebidas vegetales.

 El mencionado informe The Green Revolution explica que, entre la población española mayor de edad, el 6,3% se considera flexivegetariano (consumo esporádico de animales), el 1,3% vegetariano (consumen huevos y lácteos) y sólo 0,2% vegano.