Pedro Sánchez ha conseguido este sábado su tan ansiada foto con Joe Biden que fuerza cada vez que coinciden. De hecho, en la cumbre del G-20, ha ido a buscarle expresamente a su silla para poder tener el momento que, desde su teléfono móvil, incluso captaba ni más ni menos que su gurú económico.

Buena muestra de la improvisación de un gesto que no estaba en el protocolo. Pero en los veintisiete segundos que ambos han estado charlando el presidente norteamericano ha cruzado los dedos de tal forma que invitan a pensar qué mensaje le quería estar transmitiendo a Sánchez.

En concreto, como se aprecia en la imagen, Joe Biden cruza los dedos de ambas manos mientras se dirige al jefe del Ejecutivo español. Un gesto del lenguaje no verbal que puede significar muchas cosas. Desde estar diciendo una mentira o prometiendo cosas que sabemos que no podremos cumplir -¿tal vez invitándole a la Casa Blanca?-; para protegerse ante malas energías y los gafes -¿por la mala suerte que Sánchez está teniendo desde su llegada al poder?- o para atraer las buenas energías -¿de la capacidad de resistencia política del presidente español?-. Todo un misterio.

La escena, al dar importancia al breve saludo entre los dos mandatarios, ya que pese a ser la tercera vez que coinciden este año Sánchez aún no ha logrado mantener una reunión bilateral con Biden como sí han conseguido Emmanuel Macron o Ángela Merkel, ha pasado desapercibida para la mayoría.

También porque Moncloa, en las imágenes editadas que ha distribuido, no incluía este frame. Pero la fotografía del momento refleja que ha ocurrido. Es verdad que, aunque corta, en veintisiete segundos, ambos líderes han transmitido una sintonía típica de la cordialidad a la que invitan eventos relajados como una cumbre del G-20.

 Por ahora no sabemos qué se dijeron Sánchez y Biden durante el tiempo que estuvieron hablando, ya que ni el equipo de La Moncloa ni el de la Casa Blanca lo han trasladado a los medios de comunicación. Así pues, saber lo que le quería decir exactamente el presidente de Estados Unidos al presidente español es aún más complicado.

Sólo Joe Biden, que este fin de semana tiene una agenda intensa de reuniones y actos durante su estancia en Roma, sabrá qué le quería estar diciendo más allá de las palabras que pronunciaba al jefe del Ejecutivo. Tal vez, antes de que expire el mandato Sánchez en 2023, se lo podrá preguntar en una bilateral que el líder del PSOE lleva tiempo buscando.