Desde el principio del programa vacunal, científicos y sanitarios advertían que, tanto personas no vacunadas como vacunadas podían contraer la covid y por tanto contagiarla. La ventaja, decían, es que la mayoría de los vacunados la sufrirán de forma leve evitando la hospitalización.

Sin embargo, algún médico de distintos países, numerosos medios de comunicación y políticos, con toda su sapiencia científica, no paran de repetir constantemente como un mantra mecánico y quizá impuesto, que la culpa de las nuevas olas la tienen los no vacunados. Tenemos muchos ejemplos de este “anatema”.

El epidemiólogo Lopalco declara a un diario español muy conocido: «ni invitar a no vacunados ni ir a sus casas». Es lo que denomina el pasaporte Covid en pequeños círculos sociales. Eso sí, el titular del periódico, de manera falaz, ponía las palabras de este sanitario en boca de todos los expertos, “ Los expertos advierten …”.

Biden declaró hace semanas que los no vacunados ponían en peligro a sus comunidades

Tampoco podía faltar Javier Solana, quien después de su famoso tuit donde escribía aquello de que llevaba dos días vacunado con “Pfeiffer” y no tenía ningún síntoma y sí una gran tranquilidad, se sumó hace poco a la ola acusadora y escribió, “los que no se vacunan son los responsables de la nueva ola”. Afirmación peligrosa de quien ordenó el bombardeo de Serbia en 1999.
Por cierto, parece que Solana acaba de ser denunciado por la Asociación Liberum, por delito de odio al responsabilizar a los no vacunados de la nueva ola de covid-19.

Todas estas declaraciones provocan acciones de segregación social que podrían suponer violaciones de derechos básicos de las personas afectadas.

En Barcelona, Seat, de común acuerdo con los representantes sindicales, ha habilitado una zona dentro de los comedores de la empresa para empleados no vacunados.

Sabemos que Austria, desde comienzos de noviembre, confinó a los no vacunados en sus casas, La policía trabaja con denuedo, como perros de caza para impedir que los no vacunados paseen por las calles de la ciudad. Los contagios siguen subiendo y el lunes próximo se confinará también a los vacunados.

En Australia, el mensaje de la primera ministra Berejiklian, es que si quieres poder comer con amigos y dar la bienvenida a la gente en tu casa, tienes que vacunarte.

Y bueno, en Israel, claro… Ya desde el 8 de agosto, los no vacunados no pueden entrar en ningún lugar con más de 100 personas, tanto interior como exterior.

Los ejemplos son múltiples en todo el mundo, donde los no vacunados están perdiendo sus trabajos y están siendo señalados y marcados (esperemos no con fuego, como reses) por transmitir el virus, en el caso de que lo tengan, tal y como pueden transmitirlo los vacunados.

¿Pero qué nos está pasando?¿Qué nos está llevando a estigmatizar a los no vacunados cuando los vacunados también contagian la enfermedad ? ¿A qué locura colectiva nos están induciendo esta vez los de arriba ?¿Acaso no nos damos cuenta de que es una falsedad y una nueva manipulación con ayuda de su prensa pagada?¿A qué obedece todo ésto?¿Por qué quieren esta nueva segregación, esta inyección de odio entre vacunados y no vacunados?¿Quieren dividir a la población mundial en guetos y limitar los derechos de unos frente a otros?¿Se ha de repetir una y otra vez toda la irracionalidad y destrucción que ha habido en el mundo?¿Se han de repetir o continuar en algunos casos, las exclusiones sociales y los guetos en forma de vacunados y no vacunados?

Otro mantra que circula es que los no vacunados son los responsables de la saturación de las ucis; de los hospitales; de las listas de espera para otras patologías distintas a la Covid; de que miles de personas estén muriendo precozmente por no poder recibir a tiempo latención médica. Todo por los irresponsables, insolidarios, necios antivacunas y demás lindezas escritas por algún catedrático. Sí, como lo oyen.

Miren, en este país tenemos muy poca memoria o poco interés en tenerla y así nos va.
La realidad es que desde el 2008, año en que comenzó la gran crisis económica mundial,
se ha ido desmantelando sistemáticamente la sanidad pública, con restricciones presupuestarias; cierres de centros de salud; reducción de camas hospitalarias; reducción de miles de trabajadores; externalización de servicios a la privada; privatización de hospitales públicos; quirófanos públicos apenas funcionando solo por las mañanas etc.

Todo esto es lo que ha provocado el colapso sanitario de principios de la pandemia y el actual. No los no vacunados. Seamos un poco serios señores.

La historia no tan lejana y la presente en alguna franja, nos muestra los peligros y consecuencias de esta irracionalidad, segregación y estigmatización, cuyo fin no obedece a razón científica alguna y quizá sí a algo oscuro.

Deberíamos luchar juntos, vacunados y no vacunados ante este sinsentido. Recapacitemos y no nos enfrentemos. Luchemos por nuestros derechos.

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Sureste Press