Lo conocí cuando era radiotelegrafista de la Regional de Nador, Marruecos, luego ,años después, lo encontraron en un pozo negro, muerto, en Tistutín, a sesenta kilómetros de Melilla. Formaba parte de la inteligencia española en el exterior, de una unidad de élite formada en el ejército.

Un día advirtió de un asalto a viviendas de residentes españoles y movimientos peligrosos en la frontera de Beni Enzar, de tropas marroquíes, pero el general de división Gotarredona Prats, comandante general de la plaza melillense, mandó palomas mensajeras a Nador, con la amenaza de mover carros blindados, hasta Rabat. Se evitó un derramamiento de sangre y se cortó lo que luego se llamó una marcha verde de triste recuerdo.

Los servicios secretos ganan guerras, seguro. El espía español Joan Pujol «GARBO» engañó a Hitler en el desembarco de Normandía, informó que sería en Calais y los alemanes cayeron en la trampa. Sorge, al servicio de la Unión Soviética, en Japón, advirtió a STALIN, que Tokio no declararía la guerra a los rusos, y el dictador comunista movió medio millón de soldados estacionados en Manchuria, y los trasladó al frente alemán donde los nazis avanzaban en dirección a Ucrania, y no a Moscú, error estratégico que dio la victoria al Kremlim.

Ucrania fue el cementerio de la Abwehr donde los servicios secretos de la URSS tenían operativos a lo más florido de su espionaje, dirigidos por la española ÁFRICA DE LAS HERAS, la violinista roja, natural de Ceuta, a la que conocí en Tánger, en un hotel de la Avenida Mohamed V, sin saber naturalmente la vida oculta del personaje, su profesión, en un acto cultural con su flamante marido Filiberto Hernández que fué su tapadera, anticomunista total. Durante décadas trajo de cabeza a los servicios de inteligencia y contra, de las grandes potencias occidentales, incluyendo CIA, Mossad y Vaticano, y algo el Cesid, de Madrid y norte africano.

Hoy, de nuevo, el espionaje internacional libra una batalla en el mismo terreno ucranio, en un trabajo físico humano y electrónico, te cuelan un misil en un supermercado de Kiev si en un rincón has dejado operativo un móvil de última generación, los antiguos no valen. Allí y en otros lugares machacan a la población civil o vuelan un campamento de instrucción de voluntarios extranjeros.

Hay información, desinformación e intoxicación, surgen los salvadores, protectores, animadores y una legión de infiltrados que hasta colaboran con los medios de comunicación de todo el planeta. En la sombra, entre ellos, agentes, colaboradores y rastreadores encubiertos a sueldo o simplemente por ideología que son los más eficaces. KIM PHILBY y su orquesta de Cambridge al servicio del comunismo estuvieron a punto de llegar hasta la cumbre de los servicios secretos ingleses, en una operación deslumbrante de inteligencia, valor, sexo y juergas de vino y rosas. Hasta Franco condecoró a Kim en la guerra civil española, por un acto de valor en el frente de Teruel, cuando ejercía de corresponsal de guerra en un diario inglés.

Hay soldados de caqui pero también vestidos con pantalones y faldas, los mejores son los desconocidos, los no condecorados. Como en la Región de Murcia, cuando el lio repugnante de terminar con Hernández Ros y en el momento más álgido del 23-F cuando un teniente coronel Juan Tomás, paracaidista, paró los tanques que llegaban desde Lorca. Previamente, otro oficial, jefe de la inteligencia, aquí, dio un toque de alerta, J.M.N. Los dos ya fallecidos. No fueron premiados sino castigados en sus ascensos, una mano misteriosa lo impidió. Lo contaron a Juan Ramón Calero, todo. En su despacho, cuando los invité, siendo secretario general del PP.

Otro día contaremos como se fraguó el asesinato de Cubillo, líder del separatismo canario, resultó herido de gravedad, con colaboración política, en Argel, que luego fue sede principal del terrorismo etarra, y en donde se celebró una reunión en la cumbre para negociar la paz, allí estaba, en la delegación de Madrid, el delegado del Gobierno socialista, en Murcia, de apellido vasco. Fue un tipo honrado, y a veces nos estrechamos la mano. Sabia de que iba la guerra total terrorista y su informe a la Moncloa fue quemado en el olvido.

Desde el Proceso de Burgos hasta Zapatero, una guerra silenciosa en la que la inteligencia militar, ahora CIFAS, fuera del caos político y partidista, se ha lucido brillantemente, sin hacer ruido, junto con la OTAN, en la que Francia no ayudó lo suficiente. Nunca se ha escrito sobre este tema, a pesar de los libros novelados que se vienen publicando en los últimos meses, excepto el colega VICENTE VALLES, titulado Operación Kazán, que hay que leer entre lineas. Y solo ha empezado esa guerra sin tregua. Personalmente he aportado mi libro ESTADO DE MIEDO, en Amazón, hace un año.

EPÍLOGO.- Es o debe ser un referente de una acción de guerra de la inteligencia internacional. Me refiero a las primeras imágenes del misterioso hundimiento del buque insignia de la marina de guerra rusa, del MOSKVA. Tres dias de misterio e intoxicaciones de la desinformación secreta que hay que someter a un análisis.

Aparecieron en los medios de comunicación y en las redes las fotografiás del barco hundiéndose tras un ataque con misiles NEPTUNO, según explican fuentes del gobierno de Ucrania. Moscú dice todo lo contrario, que fue un incendio a bordo, argumento que suena burdamente en un tipo de barco tan moderno. Las fotografiás aún no se han verificado y su origen no está claro. Los escépticos opinamos que el barco fue hundido por misiles lanzados desde un lugar extraño o al menos de distancias lejanas o suministrados por una potencia o país aliado.

Preguntamos, si Kiev tiene este tipo de misiles por qué no los emplea para bombardear ciudades o territorios ocupados por los militares de Putin. Veremos si nuevamente se emplean en otros objetivos para castigar a Rusia.

Cierro con una frase de Napoleón, que “un espiá bien situado, en el lugar adecuado, vale más que 20.000 hombres en el campo de batalla”. Pero me quedo con otra de León Trotski: «Tal vez descubramos la verdad al comparar las mentiras». Já, lo he sufrido.

NOTA DE LA REDACCIÓN.- El misil Neptune tiene una base de lanzamiento en la plataforma de transporte USPU-360 de patente USA fabricada en la Base 51 ,y tiene cuatro proyectiles. Cuenta con un sistema de guiado por inercia y una autonomía de alcanzar objetivos distantes a 360 kilómetros –desde Bulgaria, Israel, Rumanía o Turquía– hasta el Mar Negro, donde se encontraba el crucero. Tiene un peso total de 870 kilos. No se tiene noticias de haberse empleado por Ucrania en otros ataques navales o tierra.

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