LOS GARIBALDI: UNA FAMILIA GUERRERA

A lo largo de la historia se han dado una serie de familias que se han cosechado una reputación que ha durado hasta el día de hoy. Uno de los casos más conocidos es el de la familia Garibaldi

Sección Histórica 06/06/2022 Carlos Llanas
Giuseppe_Garibaldi_(1866)
Garibaldi

A lo largo de la historia se han dado una serie de familias que se han cosechado una reputación que ha durado hasta el día de hoy. Uno de los casos más conocidos es el de la familia Garibaldi, con el patriarca del legado, Giuseppe Garibaldi, dos de sus hijos, Menotti y Ricciotti; y el hijo de este último y nieto del primero, Giuseppe Peppino. Hoy hablaremos brevemente de sus vidas para conocer el origen de la leyenda.

 Una vida de película revolucionaria
Y vamos a empezar por el que puso las bases de la leyenda. Hablamos de Giuseppe Garibaldi. Este hombre, hijo de una familia de marineros, hasta los 26 años estuvo trabajando como mercader a bordo de su barco, el Clorinda. Gracias a ese trabajo, Garibaldi entró en contacto con gente de ideología socialista que le abrieron un mundo de ideas nuevas que le marcarían la manera de hacer y de actuar hasta el final de su vida. En los años 30 del siglo XIX, Garibaldi, siguiendo esos nuevos ideales, decidió afiliarse a La Giovine Italia.

Esta agrupación política prácticamente secreta fue creada en 1831 por un joven Giuseppe Mazzini que defendía la independencia y unificación de Italia y la defensa de una reforma social tras el fracaso de varios intentos revolucionarios armados anteriores. En 1834, Garibaldi fue uno de los cabecillas de una insurrección en el Piamonte que fracasó y se vio forzado a huir. Durante dos años estuvo viajando por el Mediterráneo para evitar ser capturado hasta que decidió irse a Sudamérica, haciéndose llamar Borrel con dirección a Río Grande del Sur, en la actual Brasil.

Durante su estada en Brasil, Garibaldi fue uno de los líderes rebeldes en la Revolución Farroupilha. Los rebeldes, liderados por Benito Gonçalves Da Silva, lograron la independencia de la región del Brasil imperial. Garibaldi se convirtió en coso al servicio de Da Silva para liderar a la armada rebelde contra los brasileños. El papel de Garibaldi sería escueto en el conflicto, ya que se iría a Uruguay en 1841. Pero gracias a las capacidades militares de Garibaldi, en 1845, los farropos conseguirían ciertos derechos a cambio de reintegrarse al Imperio de Brasil.

En Uruguay, Garibaldi seguiría metiéndose en conflictos revolucionarios. Esta vez se vería involucrado en la Gran Guerra, el conflicto entre los blancos y los colorados. Garibaldi fue elegido por el general Fructuoso Rivera, líder de los colorados y del denominado Gobierno de la Defensa, que sólo gobernaba en Montevideo; asediada por las fuerzas blancas del general Oribe y su llamado Gobierno del Cerrito. La intervención de Garibaldi y de su Legión Italiana sirvió para que Rivera acabara ganando la contienda y se proclamara como presidente legítimo de Uruguay. Hay que decir que, 1842, Garibaldi se casó con Ana Maria de Jesús Ribeiro, llamada después Anita Garibaldi; a quien había conocido durante su estancia en Brasil y con la que tuvo cuatro hijos, entre ellos Menotti y Ricciotti.

 Revolución a la italiana
En 1846, el recién nombrado papa Pío IX decidió conceder una amnistía general a todos aquellos exiliados italianos para que regresaran a su patria y Garibaldi regresó a su patria con su esposa y sus hijos. Como no podía ser de otra manera, Giuseppe Garibaldi volvió con ganas de guerra. Entre 1848 y 1849, Garibaldi participó en la primera guerra de independencia italiana entre el Reino de Cerdeña-Piamonte, capitaneando a otros estados italianos, y el Imperio Austrohúngaro. Esta contienda fue un desastre para el Reino de Cerdeña, pero sentaría las bases de lo que sería la unificación italiana.

Durante este conflicto, Garibaldi ayudaría a su viejo amigo Mazzini apoyando su República Romana, un efímero estado republicano que quiso sustituir a los Estados Pontificios tras el vacío de poder que había dejado el papa Pío IX tras huir de Roma al retirar su apoyo militar al Reino de Cerdeña por miedo a una táctica expansionista de este si ganaba la guerra contra Austria. Por desgracia, la República de Roma sólo duró cinco meses con la invasión de Francia, que restauró la autoridad papal. Garibaldi y los demás revolucionarios se vieron forzados a huir de nuevo. Durante esta huida, Anita Garibaldi murió por enfermedad.

Tras perder a su esposa, Giuseppe Garibaldi se exilió a Nueva York, a los Estados Unidos. Durante el tiempo que estuvo allí, Garibaldi trabajó en una fábrica de velas. Tras esto, el revolucionario pasó a ser capitán de navío mercante para trabajar como comerciante de guano entre Perú y China.

Después de un tiempo, en 1854, Garibaldi regresó a Italia para comprar la isla de Caprera, pero su espíritu revolucionario no se despertaría hasta 1859 con el estallido de la segunda guerra de independencia italiana. Esta guerra se dio entre la alianza secreta de Francia y el Reino del Piamonte contra Austria. Durante la guerra, Garibaldi participó del lado piamontés con su ejército de voluntarios Los Cazadores de los Alpes, cosechando importantes victorias en favor del rey del Piamonte, que consiguió anexionar algunas regiones cedidas por Austria a través de Francia.

Por su parte, Garibaldi fue a Nápoles con su contingente para acabar con el Reino de las Dos Sicilias que, tras conquistarla y convertirla en República, este se la entregó al rey Víctor Manuel II y reconociéndolo como rey de una Italia unificada. Garibaldi acabaría de ayudar a Víctor Manuel II con la unificación italiana con la conquista de Roma, en manos papales hasta ese momento, y de las últimas regiones en manos austriacas en la tercera guerra de independencia italiana que acabó en 1866. Aquí sería donde Giuseppe Garibaldi se convirtió en un héroe nacional.

Garibaldi también participó del lado francés en la guerra franco-prusiana de 1871 y estuvo a punto de entrar en la guerra civil americana en el bando de La Unión. Al final de su vida fue nombrado parlamentario en la Asamblea Nacional Francesa y en el parlamento italiano. Murió en 1882.

 Un legado a la altura
Como hemos visto, la sombra de Giuseppe Garibaldi se hizo muy larga, pero inspiró a sus herederos a seguir su legado revolucionario. Los primeros en seguir los pasos de Giuseppe fueron sus propios hijos, en concreto, sus hijos Ricciotti y Menotti.

Primero tenemos a Dominico Menotti Garibaldi, el primogénito. Menotti fue el único de los hijos de Garibaldi que nació en Brasil, mientras que su padre estuvo involucrado en la Revolución Farroupilha. Este hombre sufría una deformación craneal a causa de una caída de su madre Anita mientras estaba embarazada de él y que iba en caballo intentando huir de un cautiverio que sufrió tras una batalla durante el conflicto antes mencionado.

Los genes guerreros de su padre florecieron a los 19 años cuando se unió a los Cazadores de los Alpes, la legión creada por su padre, en la segunda guerra de independencia italiana contra Austria. También participó en la Expedición de los Mil, la expedición militar de Garibaldi contra el Reino de las Dos Sicilias. Tras intervenir en la unificación italiana, Menotti se fue a Polonia para luchar por su independencia de Rusia en 1962 con una legión de voluntarios italianos que llamó Legión Garibaldi. Tras esto, Menotti regresó a Italia para participar en la tercera guerra de independencia italiana y para invadir los Estados Pontificios con victorias y derrota, respectivamente. Para rematar, también participó en la guerra franco-prusiana de 1871. Murió en Roma el 22 de agosto de 1922.

Por otro lado, tenemos a Ricciotti Garibaldi. Ricciotti nació en Uruguay junto a sus hermanos a excepción del mencionado Menotti. Ricciotti también tendría un papel destacado tanto en la segunda como en la tercera guerras de la independencia italianas y sería importante en la guerra franco-prusiana. Aparte de estas contiendas, Ricciotti participa del lado griego en la guerra turco-griega de 1897, dirigiendo a los camisas rojas fundados por su padre. Murió en Roma en 1924.

Como mención honorífica, podemos decir que el apellido Garibaldi siguió ligado a grandes conflictos armados del siglo XX, como son los casos de los hijos de Ricciotti, destacando a Giuseppe Peppino Garibaldi, quien luchó con su padre en la guerra turco-griega con apenas 18 años. Peppino también lucharía en algunos conflictos en Sudamérica como hiciera su abuelo, también estuvo en la Guerra de los Bóers en la actual Sudáfrica, participó al principio de la Revolución Mexicana de 1910 junto al legendario Pancho Villa y participa en la Segunda Guerra Mundial tanto en el ejército francés como en el italiano.

 Este es el gran legado de la familia Garibaldi, una familia guerrera hasta el final.

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