De nadie se ha escrito más en los últimos años que de Pedro Sánchez. Pero la realidad es que el presidente sigue siendo un misterio inescrutable. Un personaje enigmático que nunca hace lo que dice y que no dice lo que piensa. Sus decisiones no obedecen a ninguna pauta, sólo a la lógica del mantenimiento en el poder. Como Maquiavelo, sabe lo que el éxito de cualquier iniciativa depende del momento y del oportunismo.

No hay contradicción cuando afirma una cosa y hace la contraria. No hay que extrañarse que el dirigente que apeló a las bases para legitimarse haya derivado hacia un liderazgo personalista y maniqueo. Todos sus compromisos sólo son referencias retóricas que no le vinculan porque el arte de la política se ejerce sobre la permanente provisionalidad de la realidad.

Seductor y a la vez implacable, nadie mejor que EL oculta sus sentimientos bajo una máscara de inmutabilidad. Es imposible determinar si está triste o contento, siempre impasible, como un Buda. Frio y calculador, sabe cuándo y por qué hay que romper. Está dispuesto a jugar fuerte y non admite ningún pulso. Lo ha demostrado purgando en el partido a todos sus adversarios. Nunca olvida.

Sánchez no debate, manda. Nadie le hace sombra ni tolera la menor disidencia. No exige inteligencia ni cualificación, solo le importa sumisión, lealtad. Su vida privada es un coto celosamente guardado, al igual que la expresión de sus emociones. No confía en nadie y nadie sabe cuales son sus planes pese a su engañosa sensación de cercanía, narcisista, misógino y síntomas de una paranoia creciente. Hay entre EL y el mundo una distancia infranqueable. Jamás muestra sus verdaderas intenciones. No asume ninguna deuda, ni nada le ata. Es un absoluto misterio.

COMENTARIO.- Hace un año en nuestros digitales publicamos un conciso editorial y un amplio INFORME en el que hacíamos un análisis muy serio sobre la necesidad de que los políticos con mando, a niveles local, regional y nacional, incluyendo diputados y senadores, fueran sometidos a chequeos, tets y estudios psicológicos, ante el evidente peligro de caer en manos de psicópatas derivando a tiranías, desgraciadamente conocidos en nuestra nación y en otras, hoy se habla de Putin, Maduro, Trump. Los exámenes hasta para conductores, policías, cazadores, militares etc. son de obligado cumplimiento, también a los conductores y pilotos.

Este perfil resumido, escrito por el colega Cuartango explica que la crisis mental es una posibilidad en un país como España donde las locuras políticas han sido frecuentes, con mucha sangre derramada. Nos da miedo el silencio que aplasta al pueblo español, en estas horas de desinformación y abusos que ahoga a la joven democracia española.

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