Desde hace varias semanas se especula con un posible perdón presidencial para José Antonio Griñán, el referente del PSOE andaluz condenado a seis años de prisión por el CASO ERE.

         Lo que llama mucho la atención, y seguramente el Gobierno nunca imaginó, es que según la encuesta que acaba de realizar una de las consultoras más importantes de nuestro país, el 59% de los socialistas entrevistados rechazara la medida de manera contundente mientras un 21% optó por no responder, lo que deja solo un magro 20% a favor del indulto.

         Esto resulta completamente inesperado porque, desde que se conoció la sentencia judicial, los referentes más importantes del PSOE salieron a defender al exfuncionario y era lógico esperar que, en un partido tan disciplinado y verticalista, terminaría por imponerse la opinión de Sánchez y sus funcionarios.

 Todos unidos mentiremos triunfaremos.

 La defraudación de 679 millones de euros en Andalucía que terminó con la condena de José Antonio Griñán (6 años de cárcel y 15 de inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos) y Manuel Chaves (9 años de inhabilitación por prevaricación) provocó una rápida reacción del presidente semanas atrás.

Pedro Sánchez declaró: “Yo creo que, en este caso, tanto en el de Chaves como en el de Griñán, podemos afirmar que están pagando justos por pecadores”. 

El líder del PSOE defendió a los condenados diciendo que no fueron acusados “de haber lucrado o haberse llevado un céntimo de euro o haber financiado irregularmente a formaciones políticas. No hubo enriquecimiento personal, tampoco hubo financiación de partidos políticos. Lo que sí hubo fueron dimisiones hace más de un lustro asumiendo sus responsabilidades políticas”.

Así, Sánchez estableció el argumento oficial que luego repitieron hasta el cansancio otros importantes referentes de su partido, como Juan Espadas, líder socialista de Andalucía, que declaró “todo fue un procedimiento que perseguía un fin social que permitió salvar buena parte del tejido productivo y evitó que 6.000 personas fueran al paro”. 

Pilar Alegría, portavoz del PSOE, insistió con esa idea: “Estos mecanismos lograron salvaguardar en Andalucía cientos de empleos y empresas en momentos de dificultad en una comunidad fuertemente golpeada por el desempleo”. 

Ante tanta adhesión pública por parte de la más alta dirigencia del PSOE, la mujer y los hijos de Griñán presentaron, días atrás, un pedido expreso de indulto que contó con el apoyo de los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González (de hecho, González no dudó en publicar una extensa carta donde dejó en claro que, si pudiera, volvería a sumar a su equipo al condenado:

“Quiero manifestar que, si pudiera designarlo hoy para formar parte de un Gobierno de España que yo presidiera, lo volvería a hacer. Por su competencia y capacidad intelectual, por su vocación de servicio público durante toda su vida para mejorar la vida de la mayoría y fomentar la convivencia en democracia y libertad, por su intachable integridad moral. Mi convicción desde el conocimiento de la persona me lleva a considerar imposible que sea considerado culpable de un delito de malversación y, por tanto, injusto condenado a pena de prisión por ello”).

La familia del condenado alega “razones de humanidad y equidad” para la concesión de la medida a “un ciudadano de 76 años de edad con una intachable trayectoria vital caracterizada por su lucha por la libertad y la democracia, la igualdad, el Estado del Bienestar, y por un profundo respeto a las instituciones del Estado, incluidos, por supuesto, los Tribunales de Justicia, sobre los que siempre ha mantenido un prudente silencio en contraste con la exacerbada exposición mediática sufrida durante estos últimos años”.

 Mentira, mentira, yo quise decirte…

     El enojo de los partidarios del socialismo, reflejado en ese casi 60% de entrevistados que rechazó de forma categórica el indulto, es lógico porque ellos no han olvidado las promesas rotas por los referentes del PSOE.

         En primer lugar, es importante recordar que el mismo Pedro Sánchez que ahora evalúa darle el perdón presidencial a Griñán juró, en el 2015, que en caso de llegar al poder todo político español debería responder con su patrimonio por cada centavo que hubiera robado: “¡Con el Gobierno socialista un político corrupto tendrá que devolver el dinero!”.

         Además, todos los referentes del PSOE que ahora exigen públicamente la libertad de Griñán parecen haberse olvidado del Código Ético de su propio partido que, en su artículo 8.1, establece de manera contundente: “Los cargos públicos del PSOE se comprometen a no proponer ni apoyar el indulto de cargos públicos condenados por delitos ligados a corrupción, violencia de género, delitos de acoso o discriminación, contra la libertad e indemnidad sexuales, torturas o contra la integridad moral”.

Elías Bendodo, coordinador general del PP, sintetizó muy bien lo que piensan muchos españoles (incluyendo ese casi 60% de socialistas indignados con la idea del perdón presidencial que impulsan los referentes de su partido): “¡Que el PSOE indulte al PSOE sería un escándalo! No está justificado que se indulte por tener el carné del PSOE. ERE es el mayor caso de corrupción en el país. 700 millones del dinero del paro fueron utilizados para ERE fraudulentos, con quince políticos del PSOE condenados”.

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