Si observamos la sociedad en la que vivimos inmersos, incluso globalmente, el enigma del CANDADO del mago Houdini, que fue una película para no olvidar, ya nos parece una broma inocente, estamos batiendo récords, ¡¡¡nos manipulan tanto!!! Desde el vecino al concejal que hemos votado un día negro. Una y otra vez, hasta las campañas electorales huelen a humo, se quema el bosque de nuestra inocencia democrática, y no digamos en las cárceles españolas, entre ellas las dos regionales, ocupadas por un setenta y cinco por ciento de extranjeros que no podemos devolver a sus naciones de origen.

Cada candado de un preso cuesta al pueblo español que paga impuestos, unos 36.761 euros anuales, lo mismo que gana un funcionario honrado de prisiones, casi lo mismo que un modesto guardia, en peligro o no.

El candado español amenaza a la democracia, y en la pandemia hizo polvo a millones de ciudadanos, eso si, salíamos a los balcones a aplaudir y respirar un rato para sentirnos libres. Ahora, ponga un candado en su boca y no proteste si un municipal le pone una multa,porque no encuentra donde aparcar. La ley del embudo, grande por un lado, estrecho por fuera. Dicen que pronto pondrán un candado al Trasvase.

El otro candado amoral es el silencio total de los medios de comunicación españoles, no escribir ni una linea, no decir palabra ni imagen sobre lo que está sucediendo en nuestra comunidad autónoma, la ley de candado, solo hablan para denigrar, ofendernos y manejarnos. Puto silencio.

FOTO: FÉLIX CANO

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