Mediocridad: La pobreza intelectual y la mediocridad han tomado el poder. Esto no deja de ser un fiel reflejo de la sociedad que padecemos. El conocimiento, cultura, ideología y valores humanos, son recuerdos de un enjuto pasado que tímidamente afloraron cuál sueños de progreso y crecimiento en esta especie aún en pañales de la evolución. La realidad, y sobre todo la política, descubrieron muy pronto que un pueblo culto es bastante más difícil de manipular, someter y esclavizar.

El poder puso en funcionamiento la apisonadora de culturas y voluntades, sus cárceles de la libertad, la farándula mediática para desmembrar esa posibilidad de evolución en positivo. El poder nunca consintió ni consentirá que los pueblos sean conscientes de la fuerza que pueden movilizar y ejercer si deciden actuar de forma sincronizada, organizada, convencida y decidida a cambiar el escenario de sus vidas.

Establishment: Este mundo tan ‘moderno’ como contaminado, poseído por intenciones bastardas, dispone de herramientas suficientes para señalar, estigmatizar, mancar, mutilar, desacreditar, desautorizar, criminalizar, perseguir y aniquilar cualquier intento de insurgencia, disidencia o rebelión contra el negocio planetario establecido: “Establishment” (Conjunto de personas, instituciones y entidades influyentes en la sociedad o en un campo determinado, que procuran mantener y controlar el orden establecido).

Algoritmos: El mundo digital, virtual, pone a disposición del poder –No en vano ellos los montaron para tener el control absoluto de nuestra vida− todas la variantes de monitorización del pensamiento, acto o intención que ronda nuestras cabezas. Disponen de ‘algoritmos’, programas «Big Data», estadísticas, analítica de personalidad y riesgo calculado por IA –inteligencia artificial– de que se nos vaya la pinza y entremos a saco en territorios peligrosos y prohibidos para la realización del plan maestro: «Dominación y control absoluto de la humanidad». ¿Es increíble? Pues no.

La tecnología digital que manejamos a diario, es el mayor confidente, el mejor chivato sobre nuestra vida ‘oculta’. A partir de los datos recabados, nos ‘aconsejarán’ ciertos productos para consumo obligado, o lo más conveniente para nuestra seguridad, salud, bienestar, ocio, ‘cultura’, incluso lo más apropiado −según el perfil que nos roban con nuestro consentimiento firmado−, para crecer personalmente y emprender el ascenso al cielo más correcto para nuestras vacaciones eternas.

Mamporreros: y todo ello, con la necesaria complicidad de esos líderes políticos que sirven de mamporreros al poder real, el de las sombras, en un siniestro tándem de alienación, atarugamiento, aborregamiento, castración intelectual, mansedumbre y pastoreo a placer de las grandes masas humanas, cual manadas de carne picada hacia el matadero de las libertades e hipertrofia –vía legislativa– de los derechos ‘inalienables’ que por el hecho de existir debieran asistirnos en todo momento. No es así, y cada día vemos desaparecer otra partida de ellos, bajo la bota de un poder en la niebla, omnipresente y todopoderoso, inquisidor y ejecutor de la actual cadena perpetua en que ha mutado la existencia.

La Agenda del Diablo: No es ya el hecho demostrado de la mediocridad al mando, esa selección intencionada de los más ‘apropiados’ para ejercer el gobierno, es la vasta campaña de sumisión y aceptación incondicional de ella, cuál paradigma del desarrollo y triunfo personal y social. “No tendrás nada y serás feliz”. Si eres ‘bueno’ podrás disponer del resultado de la esclavitud –tu dinero−, si eres ‘malo’ ni siquiera eso te será autorizado. Solo nos falta, y llegará, estar obligados a pedir permiso incluso para respirar, para vivir, para soñar. Todo ello llegará de una forma metódicamente dosificada, calculando en mínimo rechazo social, la menor incidencia en los planes globales que están en marcha por manos de esos amos tan tenebrosos como los céfiros de oscuridad que se ciernen sobre nosotros.

“1984”, Orwell. “Un mundo feliz”, Huxley: solo fueron ensayos minoritarios en las mentes preclaras para sacar conclusiones de su incidencia a nivel global. Los activos de la disidencia alertaron sobre ello, pero nadie hizo el mínimo ejercicio de conciencia y activismo social. El experimento fue un gran éxito. El resultado, la certeza en que esta humanidad es tan fácil de masacrar como tan grandes son la ambición de dominación y control de las tinieblas…  ¿Quién puede negar que este es el siglo definitivo del VACÍO?. Punto.

 «La luz no lucha contra la oscuridad, cuando la luz se manifiesta, la oscuridad desaparece.» − Hermes Trismegisto

 Esta fotografía es del año 1904 en el Café Levante. Allí todas las noches se reunían los intelectuales de la generación del 98 en una tertulia, creada por el gallego Ramón María del Valle-Inclán.

Una noche del 13 de mayo de ese mismo año, estaban hablando de los españoles y de los distintos tipos y clases de españoles, entonces el novelista Vasco Pio Baroja, levantó la voz y dijo:

“La verdad es que en España hay siete clases de españoles… sí, como los siete pecados capitales. 1) los que no saben; 2) los que no quieren saber; 3) los que odian el saber; 4) los que sufren por no saber; 5) los que aparentan que saben; 6) los que triunfan sin saber, y 7) los que viven gracias a que los demás no saben. Estos últimos se llaman a sí mismos “políticos” y a veces hasta “intelectuales”.

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