Francisco Álvarez-Cascos, exvicepresidente del Gobierno, exministro de Fomento y expresidente del Principado de Asturias, ha cobrado 4,7 millones de euros de empresas, cajas de ahorro y otras entidades vinculadas con sus cargos políticos. Lo ha hecho desde que dejó la política nacional, en 2004, y hasta 2018, incluida su etapa como presidente asturiano. Para ello se ha servido, según la documentación contable a la que ha tenido acceso ABC, de dos empresas, Aqualium Spain y Cinqualium, que ha controlado directamente y utilizando a la que fuera su esposa, la galerista María Porto.

Las facturas y contratos cotejados por este periódico y las fuentes consultadas destapan pagos de empresas que fueron beneficiadas en su etapa de ministro así como facturas por servicios que no guardan relación alguna con las actividades de las sociedades manejadas por el expolítico.

  Los trabajos facturados van desde difusas asesorías hasta venta de obras de arte pasando por supuestos trabajos de reputación online, intermediación en venta de maquinaria y alquileres de despachos de apenas 10 metros cuadrados por los que cobró hasta 7.700 euros mensuales a empresas «que no aparecían por allí», revelan fuentes conocedoras del caso.

Precisamente la Audiencia Provincial de Oviedo lo va a juzgar este año por la querella que interpuso Foro Asturias, el partido que el propio Álvarez-Cascos fundó en enero de 2011. Foro es uno de los pagadores de esos sospechosos alquileres de una oficina en Madrid, pero la documentación muestra que esta parte que va a juicio es sólo una pequeña porción de los sospechosos negocios que ha hecho el político.

Francisco Álvarez-Cascos anunció en enero de 2004, siendo ministro de Fomento, que dejaría la política tras las elecciones de marzo, que serían las del fatídico 11M. Seguido, el 27 de febrero, constituyó la sociedad Aqualium Spain S.L..

La propietaria era, oficialmente, su entonces esposa, María Porto, pero la documentación interna que manejaba la pareja demuestra que Cascos controlaba directamente las actividades de la mercantil: los gestores de la empresa rendían cuentas ante el expolítico, que también cargaba sus gastos a la sociedad, incluso los personales. Además, Cascos cobraba honorarios de Aqualium por los supuestos servicios que prestaba a la empresa. Su vinculación y ascendencia era total.

Aqualium explotó dos vías de negocios principales. Por un lado organizaba exposiciones en ciudades gobernadas por el Partido Popular y abonadas por cajas de ahorros controladas por el mismo partido; por otro, vendía obras de arte, muchas de ellas a empresas constructoras que trabajaban para el Ministerio de Fomento y a las que había adjudicado cientos de millones de euros en obras del AVE.

 
Pagos de Constructoras, cajas de ahorro y otras instituciones a la sociedad manejada por Cascos ABC
Los primeros pagos

Pagos de Constructoras, cajas de ahorro y otras instituciones a la sociedad manejada por Cascos
Los ejemplos son múltiples. La constructora gallega S.A. de Obras y Servicios Copasa compró obras de arte a Aqualium por importe de 61.500 euros entre los años 2005 y 2006.

Durante la etapa de Cascos como ministro de Fomento había recibido varias adjudicaciones públicas. En una de ellas, el 28 de abril de 2003, el Ente público Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) le adjudicó una obra de 48 millones de euros para construir una plataforma del AVE en Valencia. Copasa iba en UTE (unión temporal de empresa) en el concurso con Construcciones y Promociones Coprosa, que también se convirtió en cliente de Cascos y su entonces esposa. En noviembre de 2004, poco menos de medio año después de la salida de Cascos del Gobierno, esta sociedad compró a Aqualium «obra gráfica original» por valor de 35.000 euros.

Una de las facturas emitidas a la constructora Copasa

Adjudicación de 2003, siendo Cascos ministro de Fomento, a ambas constructoras 
Por su parte, la valenciana Rover Alcisa, que pagó a la empresa del expolítico asturiano 95.900 euros entre 2004 y 2006, también consta entre las firmas habituales en concursos de infraestructuras públicas. En la etapa en la que Álvarez-Cascos fue ministro destacó con adjudicaciones de envergadura: 35,62 millones de euros en tres grandes contratos de carreteras en UTE con un socio, informa Roberto Pérez.

Azvi, que compró arte a Cascos y Porto por 110.000 euros en 2005 y 2006, también consta entre las asiduas a la licitación de obra pública en España. En su etapa como ministro de Fomento la constructora andaluza recibió, entre otras, una adjudicaicón de 55 millones de euros para obras del AVE.

 Álvarez-Cascos, María Porto y 22 empresas que los contrataron, pero todos han declinado dar explicaciones. Construcciones Sando ha contestado pero no pueden contrastar la información sobre Aqualium porque «no contamos ya con las facturas impresas en el archivo y tuvimos un ciberataque en junio». Sí sostienen que «en los últimos 50 años se han adquirido por parte de la compañía distintas obras de arte».

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FUENTE: ABC