En América Latina es común enterarse de algún escándalo de un diputado, que tiene que abandonar su cargo en medio de un papelón nacional. Las cuestiones vinculadas al sexo y a la malversación de los fondos públicos disponibles, suelen ser denominadores comunes de muchos políticos que no honran sus labores legislativas.

Sin embargo, en el viejo continente estas situaciones también suelen ocurrir bastante seguido. Esta semana, un diputado socialista de Serbia y un laborista británico también dieron la nota por cuestiones bochornosas. Uno por mirar porno en el recinto y el otro por comprar cocaína con fondos públicos. Uno tuvo que renunciar. El otro, directamente terminó preso.

Zvonimir Stevic era hasta hace unos días un parlamentario de la bancada del Partido Socialista de Serbia. Sin embargo, tuvo que dejar su curul luego del escandaloso hecho, que le generó el mote de “diputado hot” en su país. Su última sesión como legislador era de importancia para la opinión pública. Es que se trataba, nada más y nada menos, que de varios asuntos vinculados al conflicto de Kosovo.

Stevic, de 65 años estaba muy atento a lo que veían sus ojos. Sin embargo, lo que monopolizaba su atención no era la discusión parlamentaria ni mucho menos. Una grabación que lo tomó desde arriba corroboró que el diputado socialista estaba absolutamente concentrado viendo en su teléfono como una joven le realizaba sexo oral apasionadamente a un hombre.

Como corroboró la filmación viralizada, el legislador no levantó ni un segundo la mirada hasta que no terminó la clásica secuencia porno de la tradicional escena de felación que estaba apreciando al momento. Luego de la repetida imagen del género (con la actriz recibiendo gustosa la “descarga” de su contraparte, la que se frotó por su cara y pechos como si se tratara de crema humectante para la piel), el diputado socialista fue por más.

Sin siquiera levantar la cabeza hacia la discusión parlamentaria, aunque sea para disimular, Stevic comenzó a buscar desesperadamente otro video para seguir mirando pornografía. Finalmente, él también acabó…dimitiendo.

 El peligroso coctel de cocaína, alcohol y… fondos públicos
En Londres también el personaje de la jornada fue otro exlegislador impresentable. Jared O’Mara, de la bancada laborista, fue condenado a cuatro años de prisión por malversación de fondos públicos. El exlegislador, con los fondos públicos que pasaban por su despacho, se dedicaba a pagar por sus excéntricos vicios: cigarrillos de los mejores, carísimas bebidas alcohólicas, pero, sobre todo, mucha, mucha cocaína.

El fraude lo realizaba mediante la falsificación de recibos y boletas de gastos ficticios. Una vieja herramienta bien conocida por el expresidente argentino Amado Boudou. Claro que, aunque los políticos pueden hacerse de recursos fáciles con este engaño, todo queda en evidencia ante una simple auditoría que corrobore la veracidad de las operaciones con los proveedores.

El juez que lo condenó le dijo a O’Mara que él sabía perfectamente que lo que estaba haciendo era fraude y que su comportamiento era absolutamente racional y “deshonesto”. Incluso le cuestionó que llegó a utilizar su diagnóstico de autismo, para malversar fondos públicos para comprar cocaína y alcohol.

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