Al menos 500 australianos ya se han unido a una demanda colectiva "histórica" por lesiones por vacunas COVID-19 presentada esta semana contra el gobierno australiano y el regulador de medicamentos busca reparación para aquellos presuntamente heridos o que quedaron en duelo por las vacunas COVID-19.

La demanda acusa al gobierno australiano, a la Administración de Productos Terapéuticos (TGA) y al Departamento de Salud y Atención a Ancianos del país, y a varios altos funcionarios públicos de negligencia relacionada con la aprobación y el monitoreo de las vacunas COVID-19, incumplimiento del deber legal y malversación en un cargo público.

La acción fue presentada en el Tribunal Federal de Australia, Registro de Nueva Gales del Sur.

Según la demanda, los demandados aprobaron las vacunas "sin una base probatoria o lógica adecuada o razonable para determinar razonablemente que las vacunas son seguras, efectivas y poseen un perfil positivo de riesgo-beneficio".

Natalie Strijland, la litigante que presentó la demanda, dijo en un comunicado:

"La acción argumentará que la Administración de Productos Terapéuticos no cumplió con su deber de regular adecuadamente las vacunas Covid-19, lo que resultó en daños considerables a los australianos".

La demanda alega que el gobierno "actuó negligentemente al aprobar las vacunas y también al no retirarlas" basándose en la "evidencia conocida" de riesgo.

"Los australianos que han experimentado un evento adverso grave después de la vacunación Covid-19 están invitados a dar un paso adelante y registrarse para esta demanda colectiva", dijo Strijland.

Un portavoz del Departamento de Salud y Cuidado de Ancianos dijo que el departamento "está al tanto" de la demanda y que "como el asunto está ante el tribunal, no es apropiado hacer más comentarios.

Las demandas colectivas proporcionan "un camino hacia la justicia" para las personas que pueden no tener los recursos para presentar una demanda judicial por su cuenta, dijo Alison Bevege, una periodista que ha escrito para Reuters y Daily Mail, en una publicación de Substack del 26 de abril.

Los heridos por las vacunas COVID-19 han sido "ignorados, negados, menospreciados y marginados", agregó Bevege.

Médico australiano recaudó $ 110,000 para presentar una demanda colectiva

Melissa McCann, una practicante general que también tiene un Certificado de Posgrado en Enfermedades Alérgicas, recaudó más de $ 110,000 para financiar el caso.

Al comentar sobre la demanda, McCann tuiteó:

Según McCann, la demanda colectiva era necesaria porque el programa federal de compensación por lesiones por vacunas de Australia, el Plan de Reclamaciones de Vacunas COVID-19, "no era adecuado para su propósito" y había dejado a muchos australianos lesionados por vacunas "abandonados sin apoyo" después de que se les prometiera una compensación "justa y accesible".

Al 12 de abril, Services Australia había recibido 3.501 solicitudes y pagado 137 reclamaciones por un total de más de 7,3 millones de dólares, con 2.263 reclamaciones aún en curso y 696 consideradas no pagaderas, informó news.com.au.

En comparación, el gobierno de los Estados Unidos, a partir del 1 de abril, aprobó sus primeros tres pagos a personas lesionadas por las vacunas COVID-19, que ascienden a un total de $ 4,634.89. Desde el comienzo de la pandemia, los estadounidenses que reclaman lesiones relacionadas con las vacunas COVID-19 y otras contramedidas presentaron 11,425 solicitudes de compensación.

McCann a principios de febrero dijo "pasillos llenos de miles de australianos" de cómo TGA y su liderazgo ocultaron al público la miocarditis fatal inducida por la vacuna, señaló Peter McCullough, MD, MPH, cardiólogo e internista certificado por la junta.

"TGA había determinado que varios niños jóvenes previamente sanos murieron de miocarditis inducida por la vacuna COVID-19. Las cartas redactadas de la TGA a McCann indicaban estos hechos y una admisión de ocultación deliberada", dijo McCullough.

"Nunca había sabido cómo se sentiría un ataque al corazón"

Entre los representados en la demanda se encuentra el maestro de Melbourne Gareth O'Gradie, un padre de dos hijos previamente sano que antes de recibir su primera inyección de Pfizer en julio de 2021, estaba interesado en correr, footy, cricket y tenis.

"Seis días después [de la vacunación] tuve dolor repentino en el pecho, dificultad para respirar, fiebre, escalofríos, sudores", dijo a World Freedom Alliance. "Nunca supe cómo se sentiría un ataque al corazón, pero ese es el tipo de cosas que esperaba".

O'Gradie, de 41 años, fue llevado de urgencia al hospital, donde le diagnosticaron pericarditis inducida por la vacuna. Él dijo:

"Al final tuve una cirugía a corazón abierto para extirpar el pericardio, que se había inflamado y pegado a mi corazón. Es extremo.

"Todos los jefes de diferentes departamentos, cardiología, reumatología, cardiotorácica, todos tuvieron conferencias para decir: 'Hemos intentado esto, ¿Cuál es el siguiente paso para esta pericarditis recurrente para la que no podemos controlar el dolor?' No fue una decisión fácil.

"Dijeron: 'Nada funciona, esto es lo que podemos ofrecer'".

O'Gradie, quien dijo que es "pro-ciencia" y nunca ha sido "anti-vacunas", cree que el gobierno proporcionó "información errónea sobre la seguridad" de las vacunas.

"Hubo mucho, ya sabes, 'No necesitamos asustar al público como parte del lanzamiento de la vacuna, así que no publiquemos estas cosas", dijo a news.com.au. "Hubo una gran retención intencional de información, que no da a las personas un consentimiento informado".

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