Ante un sol radiante y de paseo por mi ciudad he visto una vez más los diversos carteles de partidos políticos donde me he quedado mentalmente con la fotografía al igual que con el mensaje que nos lanzaban. Por otro lado, da la impresión de que generación tras generación, existen muchas familias que se han ido pasando “el testigo” en que “nosotros seremos de tal partido pase lo que pase y para siempre”.

Con el tiempo, más de un político de éstos les ha salido rana, pero no pasa nada: es de mi partido. Más tarde también, tu partido puede resbalar de una manera sublime, pero da igual: es mi partido. Luego aquí, más que personas estamos ante una ciudadanía que, por lo visto andan bastante desorientadas y carecen de espíritu crítico.

Por otro lado, demos una muestra de las frases lapidarias en los distintos carteles. Tomamos como ejemplo dos. Partido Popular y PSOE. El PP manda un slogan donde lo suyo son “las familias”, pero ¿qué familias? La fotografía está tomada de cintura para abajo de una persona con una niña. Me consta que un tipo de familias han recibido en mi región el triple económico que las otras familias, las que hoy son medio desestimadas.

En el caso del Partido Socialista ensalza que la gran aventura “está en tus manos” y opino no es verdad. Una vez votado, ya, en sus asambleas regionales hacen y deshacen lo que les parece oportuno al igual que el resto de partidos. Entonces ¿qué hemos de buscar?  solo una cosa: la capacidad de compromiso que posee el cabeza de lista, su madurez, su coherencia, sus años de trabajo fuera de la política, su buen o mal hacer y así tantas otras cosas que le merezcan.

El tema se las trae, pero esto no es buscar a la niña bonita o al hijo de fulanito, engominado y de buen parecido. Nos jugamos el buen proceder hacia nuestro pueblo, hacia nuestra Región. 

Poseer espíritu crítico, del bueno, siempre ha sido bien considerado. Siempre ha sido un objetivo del aprendizaje y la enseñanza. Desarrollar la capacidad crítica, la capacidad de pensar críticamente donde no sólo es un objetivo claro para el siglo XXI, es un objetivo de siempre. Como profesor les pregunto a mis colegas ¿hasta qué punto estamos “armando” a nuestros alumnos, a nuestros jóvenes a ser pensadores independientes, con capacidad de discernimiento, críticos en definitiva? La evidencia y el razonamiento deben ir por encima del mundo de las emociones y otras simplezas que nos venden hoy los distintos partidos.

Nos importa saber si aquel partido plagado de economía para realizar su publicidad lleva la tecla adecuada, pero aún nos importa más ese otro partido que, sin dinero alguno, lleva los políticos más coherentes que el resto. Es importante votar con lógica y nunca por herencia, por sus bellezas o por lo que diga la mayoría, e incluso, por el menos malo. Lo importante es votar en conciencia, votar a los que en realidad van a sacar adelante tu municipio: por su entereza, por su palabra dada, por su equilibrio mental. El resto es agua de borrajas.

Votar en libertad ¡por supuesto! Pero no votar a los que alardean y disponen de toda la publicidad de las farolas, en cartelería, en TV o en redes sociales. Lo mismo merece la pena. Ya nos sobran cenutrios para dar y vender donde dejarse llevar es lo que hoy manda. ¡Voten en libertad, pero también en  conciencia!

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