La incoherencia entre lo que nos dicen y la realidad, se palpa en  la calle, en el transporte público o en cualquier cola, por las criticas del deterioro en los servicios públicos. Desoír las reclamaciones ciudadanas y sindicales por parte del Gobierno vasco nos lleva a esa deriva creciente de descontento social.

 “Cuando vivíamos tan tranquilos y agradecidos al contar con un servicio sanitario de primera categoría mundial, resulta que en menos de una década va quedando deshilachada”. Comentarios como este que escuchaba ayer en el tren, no es excepcional de no ser por la graciosa y simbólica metáfora.

 Además de esas consecuencias genéricas sin nombrar casos “sangrantes”, hoy como nunca, ocultan el incremento exponencial de enfermedades iatrogénicas agravadas por la falta de puntualidad y presencialidad en la atención médica, y llevan a una cronificación que requiere medicación de por vida.

Ocultan la razón de enfermedades con diagnóstico: “por causas desconocidas”, atribuibles a agentes tóxicos en suspensión y radiaciones permanentes , uso y abuso de tecnología inalámbrica. Homologada en Europa  como “medicina ambiental”, aquí ni en la facultad, ni la asociación SEDISA, ni gobierno ni ayuntamientos velan por la higiene del hábitat escolar y salud mental y del sueño de sus niños

 Otras consecuencias de economía “sangrante” son, blanquear el desprestigio de Osakidetza por las listas de espera, derivando costosas intervenciones médico-quirúrgicas a hospitales privados con ánimo de lucro; no invierte para recuperar el grado de satisfacción que conocimos y cierra contratos millonarios con Qmatic e Ibermática para privatizar la gestión de las colas de espera y obligar a tomar cita previa por internet para recibir atención presencial.

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Estas trabas abre la brecha digital, reduce el número de usuarios de lo público, sube al triple de pólizas de seguros privados en un solo año.. objetivo de esa agenda.

 Del incremento de inversión que anuncia la consejera Sagardui, nunca desgrana lo que va a atención sanitaria neta útil, hospitalaria básica y directa, Atención Primaria y Medicina de Familia, de lo que va a pagar derivaciones y la enorme carga salarial no productiva de directivos que tanto merma ese total.

 Como el relato solo describe consecuencias (ocultadas en su mayor parte) y no nos lleva a las causas, mejor indagar en estas, sin descuidar del todo aquellas.

¿Cuál es la causa principal de esta deriva asistencial y deterioro de servicios médicos hospitalarios y en atención primaria?, privatizar la Sanidad pública de la mano de Grant Thornton derivando servicios a través de una red clientelar.

 El calendario y agenda privatizadora diseñada por el PNV desde tiempos de los consejeros Azkuna (Ley 8/1997) y Bengoa, hasta el Plan Estratégico  de Osakidetza 2023/2025, hoy se les ha trastocado por las movilizaciones sindicales y esa mínima parte del personal médico y de enfermería. Por encima de todo la mantienen, pues al estar extraída de una agenda global, en este país, el Gobierno vasco, se ha empeñado liderarla a la cabeza europea.

 Si una imagen vale más que mil palabras, un dato también merece distinción.

La Sanidad, la Educación y la Transparencia institucional, son tres valores básicos de toda sociedad de progreso. Al mito creado con Osakidetza gracias a publirreportajes en la prensa del grupo Vocento, se contrapone que, la inversión en salud en la CAPV (5,7 % del PIB) está a la cola de Europa y nos sitúa por debajo de la media estatal (6,7%), cuando en Europa es el 8 % del PIB.

 En la CAPV la inversión en Educación es el 4,24% del PIB, por debajo del Estado español y en la cola de Europa, solo por delante de la inversión pública en Rumanía e Irlanda, aunque en inversión digital estemos a la cabeza.

 Un 49% de temporalidad laboral en ambos sectores (24.000 en Sanidad y 15.000 en Educación según ELA), es alarmante en un territorio que siempre se ha distinguido por su excelencia en puestos de trabajo muy cualificados y consolidados por parte de un sector empresarial muy emprendedor y centros de formación profesional de alto nivel.

También nos situamos en la cola de la UE, con el 52% de trabajadores interinos en nómina de la Consejería de Educación y parecido en Sanidad. Sr Bildarraitz, por razones de precariedad salarial y otras parecidas, los científicos de la EHU-UPV entraron en huelga.   

 Parece ser que también esto se va “deshilachando” como otro mito; si no en la cualificación, si en la consolidación y motivación docente. Pero también en este otro aspecto hay que anteponer las causas al relato de las consecuencias.

 En lo global, pienso que la desmotivación ante la incertidumbre de futuro y la precariedad creciente ante la carestía de vida en Euskadi, la pérdida de poder adquisitivo, la nefasta política y premeditadamente irresoluble problema de la vivienda, la corrupción creciente e impune, así como la progresiva pérdida de confianza en instituciones vascas, nos dibujan este panorama tan desalentador.

 De nuevo a los datos y esta vez con un anecdotario sociolaboral que se repite en décadas. La pérdida de poder adquisitivo en la última década ha sido superior al 20 % (en crecimiento en la actual); recortes y escasez de plantillas por falta de suplencias y subcontratas van en crecimiento, en razón de que hay más de 100.000 personas trabajando en el sector público privatizado (según ELA).

Si a todo esto le sumamos la pérdida del poder de compra por bajos salarios y pensiones por una parte y la escandalosa subida de precios en productos básicos (aceite, alimentación, alquileres, electricidad, gas, etc.) por la otra.......va deshilachándose aún más lo socioeconómico.

 El último informe de Laboral Kutxa, se resume en que los índices de confianza de los hogares vascos está bajo mínimos históricos, y coincide con los apartados aquí descritos más la subida de los tipos de interés y los impactos en créditos e hipotecas, que a ellos no les afecta pues las compran al contado.

 Según Eurostat la tasa de paro juvenil es la mas alta de Europa, siendo la dificultad a la hora de encontrar trabajo estable y justamente remunerado, determinante a la hora de solicitar financiación para crear un hogar.

Después de esta penosa travesía, llegamos por fin al hogar, siendo este el punto de arranque y razón de ser de este artículo: la conciliación.

Es un hecho constatable en un territorio rico como el nuestro (gracias a la contribución fiscal de hermanos mayores y padres), que hoy las parejas jóvenes nativas tienen mucho mas difícil crear familia y hogar que sus padres.

Si tienen la “fortuna” de llegar a la ventanilla del banco con todo el equipaje acreditativo de ser merecedores de un crédito hipotecario con ánimo de usura y concedido con avales, a partir de ahí surge el dilema de atender a la hipoteca o al futuro bebé, pues se verán obligados a salir ambos a diario al campo laboral, y “abandonarlo” en brazos extraños antes de amanecer. Aun siendo casos aparentemente extremos, paro nada son extraños…....sondeen y verán.

 Dificultar la crianza en el hogar, hacer desaparecer la figura del padre y la madre y hasta esos nombres, es parte de una agenda inhumana que provoca ese desarraigo afectivo-umbilical entre una criatura necesitada de oler madre y no tanto de padre y menos aún extraños. Programado o no, en la desconexión afectiva, está la raíz del desmembramiento familiar y desarmonía relacional como nueva cultura.

¿Cómo reacciona una madre animal de mamífero terrestre o marino, o gallina clueca en fiebre de amor, ante el riesgo de quitarle una cría? Este fracaso civilizatorio por el desmadre obligado a nuestros niños, ya transciende en lo relacional con familiares y hasta las comunidades.  Lo completan con la evasión, entretenidos con una programación televisiva infantilizante para el tener, más que ser. Esa desafección a lo natural, a lo propio y común, del gobierno, se me hace muy difícil entender el..….¿porqué?

 Es parte de la agenda global de una UE rehén del Plan Marshall, que al ceder soberanía, fortalece a elites gobernantes que no trabajan para nuestro bien. Se acusa en mayor medida en territorios con gobiernos sumisos por endeudados. En particular en países como el nuestro en que, a pesar de que la carga fiscal supera la media de la UE y en un punto (52%) a la de Alemania, en políticas de conciliación laboral-familiar, ayuda a la natalidad y viviendas de alquiler social, estamos por mucho a la cola de países de igual riqueza de la UE.

 Supremacísmo, bloqueo de inversiones, derivación de servicios, desuso o mal uso de bienes públicos de primera utilidad, etc y etc. son causas netas que están provocando que este otoño de 2023 sea el de mayores turbulencias sociales conocidas nunca en sectores de servicios públicos: paros en el transporte escolar, huelgas en el sector de la limpieza, de las ambulancias, cuidadoras a domicilio y a residentes, el textil, la UPV/EHU, sector público, la concertada, radiotelevisiones con parón de micrófonos, etc, etc. con convenios de hace 13 años que un Gobierno vasco “conciliador”………. se niega a renovar.  

 Con una buena Ley de Transparencia no podría agarrarse a la falta de recursos económicos y negarse a inversiones sociohumanitarias ¿Cómo entenderlo Sr. Urkullu si en el último informe de ELA-Gizalan Igor Eizagirre denuncia:

¿Es una irresponsabilidad gastarse 500 millones en cumplir con las reivindicaciones del colectivo, o es más irresponsable mantener los servicios públicos en constante deterioro, mientras las instituciones vascas tienen 10.000 millones en la banca?...negar a Osakidetza ponerse al día, cuando según ratios de suficiencia (no excelencia) marcados por la UE, necesita invertir solo 1.700 millones.

 Una de las mayores rémoras institucionales que tenemos en la CAPV es la negativa histórica del PNV a crear una Fiscalía Anticorrupción que desde hace décadas le ofrece el Gobierno central, para detectar e investigar casos de amiguismo, malversación institucional, delitos monetarios y otros, que hoy quedan atascados en los sobrecargados juzgados ordinarios.

O para delitos medioambientales en que la policía autónoma en razón a falta de medios o de celo, obligue a cuerpos policiales del estado como el Seprona a tomar parte en la investigación judicial como la de la incineradora de Gipúzkoa y otras.  

 También la negativa del Sr Urkullu tras tres legislaturas pidiendo una Ley de Transparencia que serviría para ponerles a dieta ante el exceso de cargos y asesores a dedo, sumados a la histórica obesidad institucional de nefasto ratio gasto/utilidad/imprescindibilidad, como el caso “sangrante”, de 51 junteros por cada territorio, con tres presidencias de a más de 100.000 euros de sueldo medio anual, y los 48 restantes que también perdieron el cargo político y se refugian en ese asilo político, a retribución variable pero estable, sin ninguna obligación de asistencia a JJGG.

Hoy su misión se ha reducido casi únicamente a elegir al diputado general, ya que el resto del trabajo se lo pasan hecho el partido al que representan (que también cobra de lo público) y se limitan a transmitir a las JJGG cobrando un plus de 300 euros por sesión. Todo un saqueo a las arcas públicas, en que son cómplices todos los partidos…..¡todos!

 Sr. Otegi, para saber qué parte de agenda asume, exige encabezar campañas con propuestas de bien general desde sus causas y no siempre desde el relato crítico. Sl el fin es lograr la soberanía sanitaria, educativa (sin depender de Google) y de las familias, sea a costa de terminar con esa lacra histórica de derroche económico clientelar-institucional, y dejar la soberanía política para tiempos de menores quebrantos humanitarios……...¿también va a negarse?

 Esta realidad “sangrante”, de no ser porque los medios cierran el paso al pensamiento crítico y comprometido, y ellos tener todo el favor mediático para silenciar fechorías institucionales, hace tiempo que el PNV compartiría intemperie política en igualdad de trato con el resto. Medios como el Diario Vasco que se negaría a publicar hasta las 12 líneas más laigth de este ”tratado”.

 Terminando como al principio, y esta vez sí con un diagnóstico humanitario de las causas en la mano con pocas posibilidades de errar, no pueden negar que, este desfase entre sobrerecaudación y déficit en el gasto social, es la causa principal por la cual se da esta creciente y generalizado descontento con las políticas socioeconómicas del Gobierno vasco.

Causas, que a sus ciudadanos nativos les tiene sumidos en la mayor de las incertidumbres cuando no en la precariedad, con cada vez más personas en la bolsa del paro y la pobreza y más padres jóvenes en la agitación relacional entre ellos y para con sus niños.

 Gobiernos patriarcales y decorados de igualdad de género. Aún no resolviendo, se mantienen gracias a que la gente buena calla, en un país en que la deuda pública es la mayor de Europa, 31.900 euros por habitante, y es provocada por gasto corriente de unos gobernantes irresponsables…..y no por inversión.

Cuanta inmadurez democrática y poca conciencia de futuro para nuestros hijos

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