De día y de noche, a marchas forzadas, los equipos de rescate buscan señales de vida bajo los escombros del edificio derrumbado en una playa de Surfside, cerca de Miami. Ya han recuperado al menos cuatro cadáveres, pero aún se buscan 159 desaparecidos.

Las cuadrillas, en las que se turnan unos 130 bomberos, avanzan con perros adiestrados y equipos de sónar, unos por arriba y otros por abajo, desde el garaje, con la esperanza de escuchar una voz o un ruido que les lleve hasta un superviviente. El trabajo es extremadamente peligroso, por el riesgo de que toda la estructura del edificio se venga abajo.

"Por desgracia esta ha sido una noche trágica -explicaba este viernes por la mañana la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava-. Hemos localizado a 120 personas, lo que es una muy buena noticia, pero el número de personas no localizadas asciende ahora a 159. Además, podemos informar trágicamente de que el número de muertos es ahora de cuatro. Quiero ser muy clara. Las cifras son cambiantes. Las iremos transmitiendo a medida que las tengamos".

Por razones desconocidas, el ala noreste de este edificio se vino abajo en la noche del miércoles al jueves. En total, 55 apartamentos quedaron convertidos en un amasijo de escombros.

Entre los desaparecidos hay numerosos latinoamericanos, concretamente argentinos, uruguayos y paraguayos. Las autoridades han empezado a recoger muestras de ADN a las familias, para poder identificar los cuerpos a medida que aparezcan.