Estancado en las encuestas, y de los nervios porque el Partido Popular ha puesto a trabajar toda su maquinaria para a recuperar a los votantes que se fueron con ellos, -su número dos, Teodoro García Egea, llamaba el lunes al electorado de Abascal a votar a Pablo Casado-, Vox se ha lanzado a una campaña que le permita diferenciarse de los populares. Primero fue su amenaza de romper relaciones con Génova tras la declaración de persona non grata a Santiago Abascal en Ceuta, -con la abstención necesaria del PP-, y una semana después es por la implantación obligatoria del pasaporte Covid.

Sólo que esta vez han metido en la bronca a Isabel Díaz Ayuso, hasta ahora intocable para la extrema derecha. Santiago Abascal ha bajado al barro para amenazarla con llevarla a los tribunales, mientras Vox llama a los barones del PP “imitadores de Sánchez”.

“Aviso para navegantes en aguas turbulentas. Si Ayuso toma el rumbo de Feijoó, Juanma Moreno y Sánchez se encontrará con Vox enfrente, incluso en los tribunales”, avisaba Abascal, claro que la lideresa más combativa del PP, no es precisamente de las que se callan, y a ella no la van a ganar en ser la campeona de la “libertad”.

 “Me parece muy bien, pero la propuesta que ni siquiera he lanzado nada tiene que ver con prohibir. A defensa de la libertad de los ciudadanos poco se me puede exigir o enseñar. Un saludo”, añadía sin cortarse. Si la semana pasada la presidenta de Madrid reclamaba una estrategia nacional para implantar el pasaporte Covid, esta semana en cambio se ha abierto a estudiarlo para poder entrar en bares y restaurantes, y que los vacunados con pauta completa “empiecen a tener ya una vida normal”.

 El ataque de Abascal contra Ayuso no es fruto de un calentón sin más recorrido. Vox ha lanzado a sus terminales mediáticos contra la presidenta de Madrid, con la vista puesta en el presidente del PP, Pablo Casado. Se preguntan “donde ha quedado su eslogan de ‘comunismo o libertad’ 90 días después de su victoria, y le echan en cara que se esté planteando implantar “una medida, discriminatoria, represiva, inconstitucional, dictatorial y acientífica”, en referencia al certificado Covid. Su lugarteniente, el vicepresidente de Acción Política, Jorge Buxadé, le exigía “humildad” desde las redes sociales.

Objetivo: forzar elecciones en Andalucía
Ayuso no es la única dirigente popular a la que Vox amenaza con los tribunales. El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, sigue siendo el protagonista de los principales ataques de la formación de Abascal con un único objetivo: forzarle el brazo para que apriete el botón nuclear de elecciones anticipadas a la vuelta del verano.

Vox aprieta a Moreno y estrecha el cerco con cualquier excusa. Si acoge a 13 inmigrantes menores, elecciones; si establece toques de queda y restricciones para contener el virus, elecciones; si asiste invitado a un congreso de UGT, elecciones; si decide exigir el pasaporte Covid para acceder al interior de los locales de ocio nocturno, elecciones y tribunales.
 
Vox extrema sus ataques a los barones del PP, Ayuso, Moreno y Feijóo, ante su estancamiento en las encuestas. El CIS de julio reflejaba una transferencia de voto de Vox al PP del 13%
“Quiere terminar de hundir a la hostelería de Andalucía y pisotear los derechos de los andaluces”; “Es una salvajada que vulnera los derechos de los ciudadanos. Juanma Moreno ya imita las tropelías de Sánchez”, claman los de Abascal.

La Junta, acostumbrada ya a los ultimátum de la extrema derecha no se arredra y responde que “Vox puede hacer lo que le dé la gana” porque los primeros que van a acudir a los tribunales son ellos, pero para que avalen el certificado Covid. Desde Génova advierten a Vox que “no se equivoquen de enemigos” porque, aseguran, los españoles y los andaluces están tomando buena nota”. El CIS de julio refleja que un 13% de sus votantes se fugarían ahora al PP de Casado.

Su propia convención para plantar cara al PP
El 9 y 10 octubre, ‘casualidad’, justo el fin de semana siguiente de la celebración de la Convención Nacional del PP, los de Abascal anuncian su propio cónclave para relanzar su proyecto de país y plantar cara así a los populares. Consolidarán su estrategia de “lepenizar” su mensaje para diferenciarse del Partido Popular y pescar en otros caladeros ajenos a los populares. Eso pasa por capitalizar el voto antiinmigración, apuntar a los barrios obreros, o su particular  visión del conservacionismo, negación del cambio climático incluido.

Este nuevo paso dado por Vox en su estrategia de enfrentamiento impostado con el Partido Popular, extendiendo el campo de batalla de Madrid, es un punto de inflexión. Ayuso, a diferencia de Pablo Casado, nunca ha roto con la extrema derecha, y siempre les ha dado un trato de ‘socio preferente’. Son claves para aprobar unas cuentas que le den fuelle estos dos largos años de legislatura, a pesar de su victoria apabullante del 4M. Miembros de su Gobierno y diputados regionales muy próximos a ella fueron los más activos en criticar en público la abstención de sus compañeros de Ceuta, y desde su entorno no se dieron por aludidos con el ultimátum de Vox a los gobiernos autonómicos del PP. “No hemos recibido ningún mensaje concreto de Vox”. Quizá sea este el primero. Eso, o una nueva sobre actuación de Santiago Abascal.