El CIS preguntaba esta vez a los españoles por impuestos y servicios públicos en su encuesta anual sobre “Opinión pública y política fiscal”, pero su responsable, José Félix Tezanos, también ha aprovechado para sondear las intenciones de voto “si ahora se convocaran elecciones al Parlamento”. La principal conclusión es que el Partido Popular se coloca a cuatro puntos del PSOE en voto directo. Es lo que los demoscópicos denominan ‘intención directa de voto’, o lo que es los mismo, el dato en bruto sin introducir ‘cocina’ (el tratamiento de esos datos para producir estimaciones de voto más exactas). No recoge aspectos como el llamado voto oculto, pero sí sirve para ver hacia dónde se inclina el electorado más decidido. 

Este último sondeo del CIS asegura que el PSOE obtendría el 16,9% de voto directo frente al 12,9 de los populares. El PP estrecharía su distancia con los socialistas siete décimas respecto a la encuesta anterior. Unidas Podemos lograría el 7,7% de los sufragios, por delante de Vox con 5,6% y mucho voto oculto (personas que se resisten a declarar abiertamente que votan a Santiago Abascal. Hablamos siempre de datos en bruto sin ‘cocinar’, y que se obtuvieron entre el 21 y 29 de julio pasado, justo después de la crisis de Gobierno diseñada por el presidente Sánchez, y en plena bronca por la declaración de persona non grata a Abascal en Ceuta.

Tras la contundente victoria de Isabel Díaz Ayuso el 4M y el viento de cola de todas las encuestas privadas, los populares con su jefe Pablo Casado a la cabeza, se han lanzado a proclamar un ‘cambio de ciclo’ y exigir elecciones anticipadas. Veamos si los datos sin 'cocina' del CIS confirman esa tendencia en la que insisten los populares.

Marzo de 2019. Un mes antes de las elecciones generales del 26A, -y que seis meses después hubo que repetir-, la brecha entre PSOE y PP era de 12 puntos en voto directo según el CIS. Las urnas certificaron esos números. Pedro Sánchez le metió 12 puntos de diferencia a Pablo Casado, en el que fue el peor resultado en la historia del Partido Popular.

Octubre de 2019. El CIS preelectoral mostró una diferencia de casi once puntos de ventaja del PSOE sobre los populares. La distancia finalmente fue de 7 puntos el 10N.

Durante los meses siguientes la ventaja de los socialistas se mantuvo más o menos constante en los once puntos, pero esa tendencia se rompió súbitamente tras las elecciones autonómicas de Madrid del 4M, cuando Ayuso obtuvo más votos que toda la izquierda junta. La diferencia de 10 puntos en el voto directo desapareció.

El CIS de junio de 2020 reflejó por primera vez un empate técnico entre Pedro Sánchez y Pablo Casado: 17,3% para el PSOE y 17% para el PP en intención directa de voto. Fue entonces cuando la maquinaria de Génova se puso a trabajar a toda pastilla para declarar el “cambio de ciclo”, mientras su líder sentencia que “el tiempo de Sánchez ha acabado”.

CIS de julio de 2020. Tras la remodelación del Gobierno, Pedro Sánchez cogió fuelle demoscópico y volvió a distanciarse, aunque la ventaja holgada de la decena de puntos al inicio de la legislatura se redujo a la mitad en el voto directo.

El CIS publicado ayer reduce la brecha entre ambas formaciones a cuatro puntos, entre siete y ocho puntos menos que en los mejores tiempos del ‘sanchismo’, una distancia más bien corta en el voto directo como para pronosticar una victoria clara de uno u otro partido. Eso sí, Pedro Sánchez seguiría ganando las elecciones con la 'cocina' de la estimación del voto que ha hecho en encuestas anteriores el CIS de Tezanos, aunque todas las empresas demoscópicas privadas dicen lo contrario.