Los reyes y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, han cenado este sábado con la reina Sofía en un restaurante de Palma de Mallorca, en la que ha sido la primera aparición de la madre de Felipe VI desde que llegó de vacaciones hace alrededor de dos semanas.

La velada ha tenido lugar en un local del puerto de Portixol, donde la familia real ya ha cenado en otras ocasiones, después de que Felipe VI participara en la entrega de premios de la Copa del Rey Mapfre de vela en la capital balear.

Además de los reyes y doña Sofía, a la cena se han sumado su hermana, la princesa Irene de Grecia, su amiga Tatiana Radziwill y el esposo de ésta, Jean Henri Fruchaud.

Al salir del restaurante, la reina emérita lo ha hecho de la mano de la princesa Leonor y, poco después, la infanta Sofía también ha cogido del brazo a su abuela.
 
Las dos hermanas, que han lucido un peinado con dos trenzas, se han mostrado sonrientes junto a doña Sofía, con quien no coincidían desde la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias en Oviedo en octubre del pasado año.

Es la primera imagen de la madre de don Felipe desde que se instaló en el Palacio de Marivent, una semana después de que llegaran a Palma los reyes y sus hijas.

El pasado verano, en plena pandemia y tras la marcha del rey Juan Carlos fuera de España, no hubo ningún encuentro de los reyes y sus hijas con la reina emérita. A doña Sofía se la vio un día de compras y otro tomando café con su hermana, Radziwill y su marido una vez que los reyes y sus hijas se marcharon de Palma.
 
En 2019, se vio a doña Sofía con sus nietas y la reina Letizia hasta en cuatro ocasiones, al visitar un mercado callejero en la localidad de Pollença, durante su asistencia a sendos espectáculos de cine y ballet y al compartir una cena con el rey. 

Pendiente de los incendios en Grecia
Doña Sofía, de 82 años, ha estado pendiente estos últimos días de la evolución de los incendios en Grecia.
El fuego alcanzó las inmediaciones del antiguo palacio de la familia real griega de Tatoi y del cementerio donde están las tumbas de sus padres, el rey Pablo y la reina Federica, en las afueras de Atenas, aunque se consiguió controlar las llamas sin crear daños en el complejo.