El nuevo curso político empieza con un clima distinto al anterior. Parece que el descanso estival ha propiciado que el Gobierno y la posición arranquen el año político tendiendo puentes. Está por ver si se trata de una tendencia transitoria o si será definitivo. El pasado martes vimos el primer gesto.

La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, aseguró que el Gobierno se alegraba de que el líder nacional del PP, Pablo Casado, hubiera recuperado «el sentido de Estado» por apoyar la operación española en Afganistán, pese a que ayer el el secretario de Justicia e Interior del PP, Enrique López, puso en duda la misión de evacuación en el país, al sugerir que el Ejecutivo debió contar con el aval del Congreso para enviar los militares a Kabul.

La alarmante situación medioambiental del Mar Menor y la crisis de la repatriación de menores en Ceuta están detrás del leve acercamiento entre el PP y el PSOE en los últimos días. En ambos escenarios se alcanzaron acuerdos que justifican este cambio de tendencia.

Por un lado, en la Ciudad Autónoma de Ceuta, gobernada por el popular Juan Jesús Vivas, acordaron agilizar todos los trámites para cumplir las exigencias legales y trasladar a los cerca de 800 menores no acompañados a Marruecos cuanto antes. Por otro lado, en Murcia, bajo el liderazgo del popular Fernando López Miras, el Gobierno autonómico y la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, pactaron poner fin a la «disputa de competencias que nadie entiende» y conseguir llegar a acuerdos teniendo siempre el mismo objetivo común.

Dos gestos a los que hay que añadir la valoración positiva de Casado a que Sánchez hiciera a principios de esta semana la declaración de zona castastrófica en el territorio afectado por los incendios en Ávila.

Fuentes del PP aseguran  que «los españoles están entendiendo y apoyando nuestra forma de oposición muy exigente y firme pero con mano tendida sobre los asuntos de Estado y siempre planteando propuestas. Se sigue la estrategia marcada por Casado desde el primer momento». En este sentido, los populares ponen el acento en que el líder de la oposición «siempre» ha propuesto grandes acuerdos de Estado sobre «los asuntos capitales del país».

De hecho, basta un vistazo a la hemeroteca para comprobar que los populares han propuesto pactos de Estado en asuntos como la Inmigración, la Sanidad, para destinar un 2% del PIB a la Sanidad o contra la despoblación.

Desde el PP insisten en que es «una anomalía» que el presidente Sánchez no llame al líder de la oposición para informarle sobre Afganistán. La última vez que ambos líderes hablaron por teléfono fue el pasado 18 de mayo cuando Pablo Casado descolgó el teléfono tras la avalancha de inmigrantes que entraron de manera irregular para pedirle al jefe del Ejecutivo que garantizara la integridad en la frontera.

 Durante estas primeras jornadas tras el descanso estival parece que el tono bronco y de intercambio de reproches entre el Gobierno y la oposición se ha reducido, sin embargo, habrá que esperar a la próxima sesión de control para comprobar si es un espejismo o se trata de un cambio de ciclo. Además, también se estrenarán los nuevos ministros y comprobaremos cómo son los cara a cara entre el PP y los nuevos miembros del gabinete.

Casado a Robles: sentido de Estado no implica «callar»
El jefe de la oposición replica a la ministra de Defensa, Margarita Robles, desde El Hierro, donde visitó el cento de acogida de inmigrantes de La Frontera, que el sentido de Estado no implica que el PP se tenga que «callar» y evitar criticar al Gobierno, y le pidió que respete la labor de oposición.
«El sentido de Estado no es el silencio, así que un respeto a la oposición», dijo después de que su partido criticara que no se llevara al Congreso la decisión de enviar tropas a Afganistán para la evacuación de afganos.