“One on One” de Paul Carrack: diez canciones con luz.

 One on One  decimonoveno trabajo como solista del carismático artista Paul Carrack,  es un soplo de aire fresco luego de una larga pandemia cuyos efectos todavía colean en nuestro estado de ánimo. El último disco de Carrack ha sido interpretado, grabado y mezclado por él mismo, sus únicos soportes han sido el talento y la ilusión que nunca lo han abandonado. 

En mitad de una exitosa gira, obligado a cancelar los shows que faltaban a causa del confinamiento, Paul Carrack  se dejó arrastrar por la fuerza y la frescura de la que hace gala en sus actuaciones para tallar nuevas melodías. El esqueleto de uno de los cortes del disco, sirvió como hilo conductor para tirar de nuevo repertorio; como por arte de magia empezaron a brotar canciones que rápidamente grababa en un antiguo garaje, ahora convertido en estudio de grabación casero, y que iba seleccionando con delicadeza para no errar en el descarte.

Una escucha rápida de las diez canciones sobre las que se vertebra One on One, es más que suficiente para comprobar que nos encontramos con uno de los trabajos más personales del artista británico. Todas las canciones destilan calidez, guardan un mensaje que desprende positivismo, y que el oyente recibe instintivamente con los brazos abiertos porque está falto de buenas noticias.

One on One es el reflejo del talento inagotable de un artista que se apoya en la batería de su hijo Jack para engrandecer una de las mejores letras del disco: When Love is Blind. Robbie Mcintosh y Alfred “Pee Wee” Ellis aportan su granito de arena en varios cortes, aunque éste sea un disco hecho a la manera de Paul, el propio artista reconoce que, aunque las canciones son convencionales, la manera en la que están tocadas no lo es. Lo comprobamos en Good and Ready, en la que nos recuerda con bastante ritmo que su vida está sobre el escenario rodeado de un público que ahora siente lejano; en la funky A Long Way To Go, no cesa en su empeño de hacernos sentir afortunados por el mero hecho de estar vivos mientras se deja mecer por una sección brillante de vientos.

 Tampoco pierden altura Lighten Up Your Mood y Precious Time en las que se advierte, se ha dejado la piel. Hace alarde de solidez en la ya mencionada When Love Is Blind, un auténtico regalo para nuestros oídos. Suena a Ray Charles en Shame On You, Shame On Me; intenta encontrar lo perdido en Set Me Free, un auténtico grito esperanzador. Versiona a Charlie Rich en Behind Closed Doors, gran éxito country de 1973.; tan sólo I Miss You So y You’re Not Alone, las dos baladas del disco, caen en la tristeza. En la primera florece la pena al no poder ver a su hija embarazada, y en la segunda aborda la ansiedad que provocó el confinamiento en una persona muy cercana. 

En One on One hay menos melancolía que ganas de salir adelante, menos derrotismo que fuerza, la fuerza de un músico que acaba de facturar uno de sus mejores discos con la delicadeza y maestría que sólo tienen los grandes.