LAS GUERRAS SERVILES EN ROMA: LA LUCHA POR LA LIBERTAD

En la sociedad romana, el esclavo era un artículo muy caro al que solo podían aspirar los poderosos

Sección Histórica 07/11/2021 Carlos Llanas
Espartaco
Espartaco

LAS GUERRAS SERVILES EN ROMA: LA LUCHA POR LA LIBERTAD

La esclavitud ha estado siempre dentro de la condición humana: un grupo de personas ejerce una dominación sobre otra. El concepto de esclavitud, por suerte, ha casi desaparecido por la evolución cultural y racional que ha experimentado la humanidad a lo largo de los siglos, pero sabemos que, en las antiguas civilizaciones, el concepto de esclavitud era algo muy normal.

En la sociedad romana, el esclavo era un artículo muy caro al que solo podían aspirar los poderosos o la gente que ahorraba para que estas personas (aunque para ellos, un esclavo, era una cosa) realizaran diferentes trabajos. La inmensa mayoría de estos eran prisioneros de guerra que, tras perder ante el ejército romano, eran capturados y llevados a Roma como trofeo de guerra. Es verdad que, con el tiempo, los esclavos obtuvieron la posibilidad de dejar ese estatus para ser libertus (esclavo liberado por su amo), sin embargo, fue un proceso largo y, de aquí viene el artículo de esta semana, sangriento de revueltas.

Hoy hablaremos de las tres revueltas o guerras serviles: las tres veces en que los esclavos se levantaron contra Roma.

La primera guerra servil: de los profetas no se vive

Acabando la segunda guerra púnica, Roma se hizo con la isla de Sicilia. Esta isla ofrecía grandes cantidades de tierra para su conreo porque Sicilia, hasta ese momento, fue un granero de Cartago.

Los romanos, aprovechando de que los cartagineses habían huido, se hicieron con el control de los grandes cultivos y ciudades de la isla. Para trabajar la tierra, los nuevos amos trajeron una gran cantidad de esclavos. Aun siendo la fuerza de trabajo que les aseguraba la riqueza, los amos de los cultivos trataban fatal a sus esclavos que se encontraban mal alimentados y hasta mal vestidos. Tras años de una situación inhumana, los esclavos en Sicilia se rebelaron contra sus amos alrededor del 135 aC iniciando la primera guerra servil.

El líder de la revuelta fue un esclavo de origen sirio llamado Euno. Este esclavo con fama de mago y profeta, a través de sus palabras y sus visiones, pudo convencer a unos 400 esclavos para atacar la ciudad de Enna.

Esta ciudad fue conquistada, los esclavos fueron liberados y se llevó a cabo una persecución para juzgar y ejecutar a los antiguos amos. Por su parte, Euno se nombró rey bajo el nombre de Antioco, declaró Sicilia como un nuevo reino y hasta acuñó moneda propia. Tras esta victoria, miles de esclavos que había en la isla se fueron sublevando y uniendo a la causa de Euno.

Tras la conquista de Enna, el ejército de esclavos auto liberados, encabezados por un esclavo cilicio llamado Cleón, conquistó otras ciudades de Sicilia y cosecho diferentes victorias contra las fuerzas romanas. 

Finalmente, en el año 132 aC, el ejército romano, con Perpena y Rupilio a la cabeza, acabó dándole la vuelta a la situación: derrotaron a los esclavos, acabaron con Cleón en la batalla, y Euno murió tras ser capturado mientras se escondía en una cueva.

 Romanos contra esclavos: Sicilia II

La segunda guerra servil, también llevada en Sicilia, se llevó a cabo entre el año 104 y 100 aC. En este año 104, el Senado decretó una ley que obligaba a liberar a los esclavos que fueran provenientes del reino de Bitinia para que ayudaran a los romanos a luchar en la Galia Cisalpina. El gobernador de la isla acató y empezó liberando 800 esclavos, sin embargo, debido a las presiones de los poderosos que no querían quedarse sin su mano de obra, el proceso quedó paralizado.

Ante esta decisión tan unilateral, se produjeron diferentes focos de rebelión esclava por la isla, aunque solo un grupo de 80 esclavos encabezados por un esclavo de origen sirio consiguieron hacerse fuertes. El esclavo Salvio, que se cambió el nombre por el de Trifón, fue consiguiendo victorias y reclutando a más y más esclavos hasta tal punto de conquistar la ciudad de Triocala, nombrarse rey de un nuevo reino en la isla, tal hi como hizo Euno en su momento.

Esta vez, Roma no se relajó y mando a un contingente de 7000 hombres que derrotó sin dificultad a los rebeldes. Sin embargo, inexplicablemente, antes de acabar con Trifón, el comandante romano Lúculo licenció al ejército. Esta maniobra dio tiempo a los esclavos para reorganizarse. Lúculo sería juzgado en Roma por esto.

Roma mandó al cónsul Manio Aquilio a hacer frente a un ejército esclavo de más de 30.000 hombres. Aquilio derrotó a los esclavos con mucha dificultad y acabó con la insurrección servil.

 La guerra servil más conocida

Finalmente llegamos a la tercera guerra servil. Esta es la más conocida por las películas y series que se han hecho alrededor del líder de la revuelta: Espartaco (el de verdad y no Amador Rivas).

Este conflicto duró entre los años 73 y 71 aC y es la única de las tres rebeliones de esclavos que se sucedió en territorio italiano y la única que puso en verdadero jaque a Roma. El líder de la revuelta fue el legendario Espartaco, un tracio desertor de las tropas auxiliares romanas que fue capturado, esclavizado y comprado por Batiato, el dueño de un ludus o escuela de gladiadores de la ciudad italiana del sur de Capua.

Durante su etapa de gladiador, el tracio consiguió una gran reputación en la arena hasta que en el año 73 aC, este y otros 74 gladiadores se escaparon hacia el Vesubio. Roma decide enviar un contingente de 300 hombres para atrapar a ese “grupo de esclavos revoltosos”. El caso es que ese grupo de esclavos revoltosos los derrotaron en un ataque sorpresa durante la noche.

Tras esta victoria y durante el invierno, el grupo de Espartaco se dedicó a emplear técnicas de guerrilla en la zona para obtener recursos, armamento y para liberar esclavos que se unieron a la causa. También aprovecharon ese tiempo para entrenar a la gente en el arte del combate. En la primavera del año 72 aC, se produce una separación en el grupo de esclavos debido, supuestamente, a diferencias sobre que estrategia se debía seguir.

De esta manera, el grupo de esclavos se divide en dos: el grupo liderado por Espartaco que se dirige hacia el norte y el grupo de Crixo, un galo que también había huido del ludus de Capua. 

Crixo sería seguido por unos 10.000 hombres de origen galo y germánico y se dedicaron a saquear las ciudades de la zona. Crixo y su grupo encontrarían la muerte en el año 72 aC en la batalla del Monte Gargano. Por su parte, Espartaco y su grupo, se cree que se dirigían hacia el norte para encontrar la libertad.

Y digo que se piensa esto porque, de repente, estando en la Galia Cisalpina y habiendo cosechado dos victorias más contra los romanos en las ciudades de Umbria y Módena, este ya ejército de rebeldes se dio media vuelta y se dirigió hacia el sur. Viendo esta situación como algo muy alarmante, el Senado llama al pretor Marco Licinio Craso para que ataque a los rebeldes de Espartaco con sus 10 legiones: 60.000 soldados. A pesar de la gran fuerza militar de Craso, Espartaco derrotó a algunas de sus tropas con un alto coste humano que le replantea la situación.

Por eso, los rebeldes deciden seguir hacia el sur e ir a Sicilia para, tal como había pasado en las dos guerras serviles anteriores, convertirla en el núcleo rebelde. Para poder cruzar el estrecho de Mesina, según Plutarco, Espartaco hizo un trato con unos piratas cilicios que lo traicionaron que recibieron el pago y se fueron sin cumplir con su parte del trato. Estos se refugiaron en Rhegium, una ciudad cercana, donde fueron asediados por las tropas de Craso, aunque sin mucho éxito.

Viendo que Craso no podía acabar con la revuelta servil, el Senado decidió mandar a los pretores Lúculo y Pompeyo para que los tres hicieran un ataque a tres bandas. Espartaco intentó negociar con Craso el fin del conflicto, pero ante su negativa, en el grupo de los rebeldes se produjo una nueva separación: un contingente de 20.000 hombres dirigidos por Canico, otro esclavo huido de Capua en el año 73 aC, huyeron hacia las montañas donde se enfrentaron a Craso en la batalla de Cantenna donde murieron masacrados. Espartaco y los sobrevivientes de la rebelión fueron atrapados en el río Silario donde se enfrentarían a los romanos y donde casi todos los esclavos, incluido el propio Espartaco, morirían.

Los pocos supervivientes se dirigieron hacia el norte para, como se había intentado el año anterior, huir, no obstante 5000 fueron muertos a manos de las tropas de Pompeyo y otros 6000 fueron capturados y crucificados a lo largo del tramo de la Vía Apia que va de Roma a Capua.

 Esta historia de revueltas nos demuestra que puede ser que haya una parte de la condición humana que busca dominar a los demás, pero también nos demuestra que hay otra parte de la condición humana que busca la felicidad siendo tu propio amo y que esta parte del ser humano es más fuerte que la otra.

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