Visto lo porculeros, al margen de ladrones y bandoleros asaltadores de los débiles que están resultando los bancos, que se pasan por el orto cular sus obligaciones sociales que fueron el motivo de su licencia de apertura, una Sociedad Sin Ánimo de Lucro, una Caja de Ahorros Local, en Cartagena, algo propio de la ciudad y su pujante comarca, no sería mala cosa para un sector que unos caciques capitalistas de fuera nos están jodiendo y bien jodiendo, no ya a los flojos en “tecnología” moderna, sino a todos los vecinos. 

Está claro que ante una idea así, perfectamente realizable, tendría delante como enemigo número uno y contra ella al propio ayuntamiento cartaginés, cuyo desvelo, al igual que los cuatro o cinco oficinas que han dejado abiertas los actuales bancos, todos sus dueños gentes de fuera, no duermen pensando en servir, los primeros, los del ayuntamiento, a los vecinos, y los segundos en llevarse los abultados dividendos fuera de la ciudad y su vecindario. 

Ahora que algunos cartagineses se van a enterar, gracias a la “obra del Escorial” de la calle Pero Niño de Quitapellejos, que, visto el resultado del final de obra, va a garantizar perras de sisa suficientes para la pascua y para la santísima semana santa, de quién fue el tal Pero Niño, puede que nada o mucho que ver con los Niños navegantes de la zona de Huelva, porque el placer secular del clero católico ha sido, y sigue siendo, quemar archivos, aunque fue un personaje nacido fuera de Cartagena, es probable que el nacido en Valladolid, se puede considerar como el más efectivo “policía naval” que estableció su base en Cartagena, y luchó y limpió las recaladas mediterráneos de los corsarios a las órdenes de los papas cuando eran franceses de Aviñón, y los catalanes. 

Por tanto, la persona y figura del citado Pero o Pedro Niño, sería como un estandarte a poner en el logotipo de la futura inmediata Caja de Ahorros de Cartagena y Comarca (Cacarcom), porque nos siguen “saqueando” los mismicos corsario que cuando corriendo los primeros años de mil cuatrocientos, sin tener ni puta idea del mar, Niño se dio a la navegación auxiliado en su gesta por excelentes marinos de la zona, evitando que las naves del papado y catalanas jodieran un incipiente comercio con el norte de África. 

Está claro que Pedro Niño iba en su actividad a “resultas” de lo que le trincaba a sus presas; Y, al tener su base en Cartagena, aquellos dividendos que evitaba que se los llevaran los papas para Aviñón, o los catalanes para Barcelona, se quedaban en Cartagena, y algún que otro piojo quitaron a una ciudad que siempre juega con la mala suerte de su lado; y el que tenga duda de lo dicho que analice el triunfal gobierno de la trinca cartaginesa actual, y de la trinca del Lorzas con su tripulación de tránsfugas tragaperras. 

Las Cajas de Ahorro, sociedades sin ánimo de lucro, que no tienen un dueño que exija dividendos y sí un renovable consejo de administración con mucha intervención popular, si no se deja que entren en ella ni políticos ni sindicalistas ni meapilas de sotana reconocida, pueden servir de mucho para alegrar la economía de una ciudad que se engalana para celebrar una pijadica tras otra; pero, ninguna aleja la piojería que nos está atosigando cada vez más. 

Los bancos, juntos con la rama, derrochadora, desestabilizadora social, y acaparadora del Cristianismo, el catolicismo, tienen reconocido historial negativo para dejar de formar parte de las sociedades de ya y de las del futuro, porque solamente miran para ellos. 

Ah, antes de que se me olvide: Todavía no he tenido repuesta alguna de nuestros queridos y preocupados partidos políticos con chupeta en Cartagena, si cuando el ayuntamiento utiliza y pone una caseta en los Héroes de Cavite o en el muelle, le paga un alquiler a las obras del puerto por el uso del suelo. 

Salud y Felicidad sin covid.

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