El senador y secretario tercero de la Mesa de la Cámara Alta, Rafael Hernando, pregunta al Gobierno si va a perseguir los crímenes de ETA, Grapo o FRAP que fueron amnistiados, después del pacto que han alcanzado el PSOE y Podemos para sacar adelante la Ley de Memoria Histórica, con el que dejan sin efecto parte de la Ley de Amnistía de 1977 y declaran no prescriptibles los crímenes de guerra, de lesa humanidad, el genocidio y la tortura.

Concretamente, la redacción consensuada en este punto por PSOE y Unidas Podemos, mediante una enmienda, recoge que "todas las leyes del Estado español, incluida la Ley 46/1977 de Amnistía, se interpretarán y aplicarán de conformidad con el derecho internacional convencional y consuetudinario y, en particular, con el derecho internacional humanitario, según el cual los crímenes de guerra, de lesa humanidad, genocidio y tortura tienen la consideración de imprescriptibles y no amnistiables".

Por este motivo, el senador Rafael Hernando pregunta, en un apunte de su cuenta de Twitter, recogido por Impacto España, si "¿se perseguirá los crímenes de ETA, Grapo o FRAP amnistiados?".

En su opinión, "la vuelta de tuerca" a la que ha calificado de "Ley de Memoria histérica" es otro intento de "enfrentar a los españoles", que además implica una "ignorancia histórica espeluznante".

Y ha puesto por ejemplo la intención del PSOE y de Unidas Podemos de "extender el franquismo hasta 1982". Algo que ha calificado de "deleznable y antidemocrático". Hernando se refería así a la intención de ambos partidos de extender la declaración de víctimas del franquismo hasta el año 1982.

Y para finalizar, se pregunta si "¿se perseguirá los crímenes de ETA, Grapo o FRAP amnistiados?", dado que con aquella Ley de Amnistía no solo se amnistiaron los crímenes del franquismo, sino que también salieron de las cárceles todos los presos de ETA que habían sido arrestados y acusados hasta el momento de numerosos asesinatos.

De hecho, entre el año 1968 y la muerte de Franco, la banda terrorista mató a 43 personas y desde el fallecimiento del dictador, entre 1976 y 1977, un total de 29. Una cifra esta última que fue creciendo cada año llegando a ser de 275 asesinatos en los primeros cinco años después de la muerte de Franco, engrosada en su mayoría por policías, guardias civiles y militares.

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