Hoy , 23  de Noviembre, toda España debería rendir un magno tributo a nuestro gran Rey Alfonso X El Sabio. Se cumple el VIII Centenario de su nacimiento. Monarca de Castilla que en 1266 funda el Concejo de Murcia, en la que se considera el germen del municipio de la capital del Segura. Será el primer promotor de la Universidad de esta ciudad. Una de las primeras preocupaciones de D. Alfonso sería mantener y aprovechar el alto grado cultural existente en el Sureste español.

Por otro lado, si a José María Pemán, por orden municipal, quitaban la bella lápida en su casa natal de Cádiz, haciendo palpable el sectarismo, la ignorancia e indecencia donde las generaciones futuras podrán juzgar, otro gaditano singular, nada menos que Alfonso X El Sabio, verdadero refundador de Cádiz, no tiene ni calle, ni placa ni “ná”, pero ello no impide ser reconocido universalmente como el monarca más importante de la Edad Media española y entre los más notables de la Cristiandad. Huelva, , Cádiz, Córdoba, Jaén y Sevilla llevan en su ADN auténticos genes de lo más brillante de este gran hombre.

Castilla León tampoco se quedaría atrás en este amplio abanico de singular apoteosis.

Que no nos quepa duda que, a partir de Alfonso X El Sabio la buena cultura del hoy en España, a pesar de los pesares, procede de donde procede y es un honor haber tenido a este gran monarca haciendo de España un hepicentro cultural que radiaría más tarde a toda Europa y América.

Iberoamérica, por supuesto, también bebió de esas grandes fuentes que surgieron siglos atrás. El tráfico ininterrumpido de obras de arte de la época virreinal que llegaron a través de los puertos de Sevilla y de Cádiz durante los siglos XVI, XVII y XVIII no se hicieron esperar: plazas públicas, claustros, religiosidad popular, improntas indianas. Claramente, Alfonso X El Sabio, sería el monarca por excelencia que encendería la mecha hacia una paz social de los pueblos y el ardor hacia una elevada cultura en una España que ansiaba una autoestima descomunal. 

Desde 1266 que se inician los preparativos de esos grandes edificios del saber hasta hoy, donde por seguro muchos agradaceremos la figura de Alfonso X y su paso por este mundo ha pasado mucho y bastante, sobre todo, en el mundo universitario, en las escuelas del saber. Podríamos cuestionarnos lo que hoy, Alfonso X, por dónde iría y pensamos más de uno, posiblemente sin equivocarnos, cuáles serían sus caminos a saber. Les exponemos nuestros posibles argumentaciones a tal efecto:

Más de uno , a ciencia cierta, opinamos que Alfonso X El Sabio, escogería la necesidad de que la libertad académica estuviese al servicio de la VERDAD, confiando en el ejercicio de la razón para alcanzarla. La gran tradición formativa, abierta a la trascendencia, que está en el origen de la Universidad de toda Europa, ha sido sistemáticamente subvertida, por la reductiva ideología del materialismo, por la represión de la religión y la opresión del espíritu humano. Y, sin embargo, en 1989, el mundo fue testigo del dramático derrumbe de una ideología totalitaria fallida y del triunfo del espíritu humano.

Somos muchos los que opinamos, seguro que Alfonso X El Sabio también lo haría, que…un aspecto esencial de la misión de la Universidad es la responsabilidad de iluminar las mentes y los corazones de los jóvenes, con una educación que no consiste en la mera acumulación de conocimientos y habilidades, sino en una formación humana en las riquezas de una tradición intelectual orientada a una vida virtuosa.

Sobre el mundo del saber nos ha dejado el monarca lo siguiente: Tan natural como el deseo del conocimiento es el deleite que de él resulta: toda cosa nueua  plaze, donde la novedad reside antes en el sujeto que en el objeto, pues novedad son las cosas de los saberes antiguos. En ese deleite, por espontáneo y general, es perfectamente equiparable al de los sentidos… ( Bucólicas, III, 71).

Agradecemos con alto entusiasmo a este gran monarca su reinado reformador, que iniciaría el proceso que desembocaría en el Estado Moderno de época de los Reyes Católicos. Sin duda alguna también, por al que se le considera el fundador de la prosa castellana y de aquella época data la adopción del castellano como lengua oficial.

Sus profundos conocimientos de astronomía, ciencias jurídicas, historia  y su interés por las más diversas áreas del saber lo llevaron a impulsar la organización de tres grandes centros culturales que giraron alrededor de Toledo, Sevilla y Murcia.

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