Cómo te relacionas con los demás: ¿influye en tu salud?

Sin salud mental es difícil avanzar y superar las adversidades

Salud y Bienestar 28/11/2021 Impacto España Noticias Impacto España Noticias
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¿Por qué el cómo nos relacionamos con los demás afecta a nuestra salud? ¡Es más importante de lo que pensamos! Los seres humanos somos seres sociables y emocionales y por ello necesitamos a los demás para poder sobrevivir.

   "Aprender a convivir saludablemente no sólo favorecerá nuestra calidad de vida, nuestro estado de bienestar, sino también nuestra salud física y mental. Aprender a convivir es un arte que llevamos en nuestros genes, de manera que nunca es tarde para aprender y para mejorar nuestras relaciones. Todo es cuestión de proponérselo y de tener interés", subraya  la doctora en Psicología Clínica Laura Rojas-Marcos.

   Ahora bien, recalca que cada uno tenemos una forma de ser y de relacionarnos con otras personas: "Algunos podemos ser más extrovertidos o introvertidos, sociables o tímidos, pero independientemente de cómo hemos aprendido a relacionarnos está demostrado que cuando construimos relaciones de confianza, de apego seguro y positivas, nuestro cuerpo y nuestra mente funcionan mejor; gestionamos mejor el estrés, las adversidades y los conflictos".

   De igual modo afirma que la hormona del estrés, el cortisol, disminuye, favoreciendo nuestro sistema cardiovascular y nuestro organismo. "Por lo tanto, cuidar nuestras relaciones es una forma de cuidar de nuestra salud", destaca la también psicoterapeuta y conferenciante  de la publicación de su último libro 'Convivir y compartir. Claves para relacionarnos saludablemente con los demás y contigo' (Grijalbo).

¿EN QUÉ CONSISTE UNA CONVIVENCIA SALUDABLE?
   En este sentido, sostiene que cada día convivimos con diferentes personas, algunas elegidas, como los amigos y la pareja, mientras que la mayoría son no elegidas (familia, vecinos, compañeros de trabajo y uno mismo).

¿Cómo debe ser una convivencia saludable? La doctora en Psicología señala que las características de una convivencia saludable son: saber compartir, dar y recibir, colaborar y contribuir al bienestar de los demás y al de uno mismo, ser generosos y amables, pero poniendo límites, es decir, con una actitud asertiva.

   "Las personas que saben convivir positivamente, o son de fácil convivencia, saben dar y recibir, comunicarse con claridad y ser respetuosos, sobre todo, durante los conflictos. El pilar central y fundamental de cualquier tipo de relación de convivencia, ya sea en el entorno familiar, de pareja, de amistad o laboral, así como con uno mismo se apoya en la confianza.

Sin un mínimo de confianza es difícil construir una relación; por lo tanto, transmitir confianza, ofrecer confianza, y ser una persona confiable será esencial si se quiere tener una convivencia saludable con las personas del entorno", añade.

   No obstante, reconoce que la pandemia ha hecho mella en nuestra forma de vida, en nuestra forma de trabajar y de relacionarnos. "Pero sobre todo nos ha afectado a todos en nuestra salud mental. Independientemente de cómo lo hemos vivido cada uno, la mayoría hemos perdido algo o alguien, hemos tenido que afrontar sentimientos de incertidumbre y de miedo, y sobre todo hemos tenido que aprender a gestionar cada día el estrés provocado por no saber qué va a pasar, así como sentimientos de tristeza, de preocupación, de rabia, frustración e ira", resalta Rojas-Marcos.

   Es más, en su opinión, la pandemia ha puesto en evidencia que la salud depende no sólo del cuidado del cuerpo, sino también del cuidado de las emociones y de las relaciones, es decir, de la salud mental. "Sin salud mental es difícil avanzar y superar las adversidades. Por tanto, ser consciente de ello es el primer paso para que podamos aprender a cuidarnos y a cuidar a los demás", defiende la también miembro de la Real Academia Europea de Doctores y de la Federación Europea de Psicología.

PRIMERO: RELACIONARNOS CON NOSOTROS MISMOS
   Por otro lado, esta experta advierte de que para poder tener una vida saludable es esencial conocerse. Es decir, conocer cuáles son nuestras fortalezas, debilidades, necesidades, miedos, prioridades, gustos y forma de ser. "Esto favorecerá no solo nuestras relaciones con otras personas, sino que nos ayudará a vivir tranquilos y en armonía con nuestras decisiones y nuestra forma de ser. Aunque somos seres imperfectos, y a veces cometemos errores, tenemos sentimientos encontrados o inseguridades", incide.

   Es más, hace hincapié en que si nos esforzamos por conocernos podremos afrontar las dificultades de forma más constructiva; además de poder aprender de ellos, liberarnos de nuestros miedos, resentimientos y pensamientos obsesivos que a veces nos atormentan.

   "Llamar las cosas por su nombre y mirar las cosas de frente, con una mirada limpia, esto nos ayudará no solo a resolver los problemas de forma más eficiente y eficaz, sino a no quedarnos atrapados en un momento de nuestra vida que nos esclaviza en el sufrimiento; podemos pasar página y avanzar.

Por lo tanto, siempre animo a las personas a que se dediquen un tiempo a sí mismas, aunque sea un ratito, a pensar en sus prioridades y propósitos, qué necesitan, desean y en sus expectativas", afirma.

SUPERAR EL SUFRIMIENTO Y CLAVES PARA CONVIVIR
   Asimismo, en el libro habla del sufrimiento que hay debajo del recibir, ¿por qué sufrimos si no recibimos lo que esperamos? Preguntada por este asunto, la psicóloga pone de relevancia en primer lugar que dar y recibir es uno de los pilares esenciales de la convivencia, "es el pegamento que une y suma". Sin embargo, dice que también crea expectativas.

   "Todos tenemos expectativas, tanto de los demás como de nosotros mismos. Esperamos respeto, consideración y justicia, y dependiendo del tipo de relación, también podemos esperar afecto, lealtad, sinceridad y honestidad. No obstante, cumplir las expectativas es un gran desafío ya que a veces podemos esperar más de lo que recibimos y en otras ocasiones no queremos dar más de lo que nos piden. Esto puede producir frustración, ansiedad, ira o decepción, y por tanto, sufrimiento en mayor o menor grado", reconoce.

   De hecho, plantea que a veces asociamos una expectativa a un sentimiento de derecho ('me tienen que dar' o 'merezco que me den') y otras veces somos fuente de exigencias que no cumplimos o no está en nuestros planes.

"La clave para sobrellevar cualquier sentimiento de frustración es primero hablar claramente, transmitir nuestros deseos y necesidades con claridad, pera después llegar a un acuerdo de hacer o no hacer, pero sobre todo comprender, que no todo lo que esperamos de los demás es lo que debe ser", aclara la psicoterapeuta.

    Finalmente, Laura Rojas-Marcos aporta una serie de claves para mejorar la relación con nosotros mismos, y después con los demás. Concretamente, cita que para relacionarnos saludablemente con nosotros mismos y con los demás son esenciales las siguientes claves:

   1) Poder confiar y ser de confianza.

   2) Tener la capacidad para comprometerse

   3) Saber hablar y escuchar de forma constructiva y clara, comunicar bien

   4) Tener una actitud cuidadosa y considerada con los demás

   5) Contribuir y colaborar para mantener una relación de armonía y cordial

   6) Ser coherente y que exista un equilibrio entre lo que se piensa, siente y se hace

   7) Ser consistente y consecuente con los actos

   8) Ser generoso de forma responsable y saber poner límites (tener una actitud asertiva)

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