Felipe VI, junto con la ministra de justicia, Pilar Llop, viajaron a Colombia en el marco del Congreso Mundial de Juristas 2021 en ciudad de Barranquilla. La visita oficial comenzó el miércoles día uno y finalizó el viernes tres de noviembre.

En la clausura del congreso, Felipe VI insistió en la importancia de la independencia judicial como control de las instituciones; en que dicha independencia es una exigencia esencial de nuestras sociedades democráticas y que es la que dota de eficacia a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico, protege las libertades ciudadanas y asegura que el sistema normativo conserve su vigencia.

¡ Ay qué risa, tía Felisa ! Ya sabemos que en todas las familias, hasta en esas de la realeza, puede haber ovejas negras. En España, todos recordamos que la casa real, como no podía ser de otra manera, reafirmó su absoluto respeto a la independencia judicial en el caso Nóos, o caso Urdangarín, cuñado de Felipe VI.

En este caso, el juez instructor Castro, (olé, olé), decidió llevar también a juicio a Cristina, hermana del mismo Felipe. La infanta se mantuvo siempre firme en el hecho de que desconocía la forma de trabajo y negocios de su marido y decía aquello de que “mi marido y yo nos separábamos las labores”. Supongo que no se referiría a las de costura ni a otros quehaceres terrenales, aunque en estas lides, nunca se sabe… Al final, quedó absuelta de doble delito fiscal porque en España, hacienda somos todos.

Más reciente es el caso del rey emérito, padre del mismo Felipe. La casa real volvió a insistir, evidentemente, en su absoluto respeto a la independencia judicial. “La inviolabilidad de la corona y los avisos de la Fiscalía libran a Juan Carlos I tras admitir un fraude de cinco millones”, rezaban los titulares de algún periódico nacional. Confieso que a mí me encanta esto de los “absolutos respetos”, sobre todo si tienen un final feliz y previsto por todos.

No obstante, en las familias, y más en estas, siempre o casi siempre hay un “mirlo blanco” porque ya sabemos que en lo Real, hay rarezas todas ellas fascinantes, como aquella de la sangre azul prusia o tal vez cian que circula por sus venas y arterias. Roja no, eso no.

Por otra parte, aunque la monarquía no puede, no debe y por supuesto, nunca jamás se mete en asuntos de política, podría resultar no tan casual que sus declaraciones hayan coincidido en un mes, diciembre, en el que al parecer es decisivo para desbloquear el Consejo General del Poder Judicial, recordemos en funciones desde hace tres años.

El Psoe-Unidas Podemos quieren que se renueve ya y parece ser que el PP acepta pero reformando antes la Ley Orgánica del Poder Judicial, cosa que el gobierno no está dispuesto a aceptar. En fin, el mismo cacareo de siempre. Y el bueno de Felipe defendiendo en su discurso la independencia judicial, el estado de derecho y probablemente haciendo un guiño al partido que ha sido el gran baluarte, adaliz y defensor de la monarquía del régimen del 78, o sea, ahora de Felipe VI y antes del emérito. Recuerden aquello tan socialista, “nosotros somos Republicanos pero Juancarlistas…”.

En otro orden de cosas, Felipe VI dijo que Colombia es un ejemplo de humanidad. En los últimos años, las organizaciones Front Line Defenders y Global Witness han colocado a Colombia como el país con más asesinatos de ambientalistas y defensores de Derechos Humanos del mundo. Y según Amnistía Internacional, “las amenazas y ataques contra quienes defienden los Derechos Humanos siguen ocurriendo día tras día, poniendo a Colombia otra vez más como el país más letal para defender dichos derechos”.

En fin, cada uno a su bola. A su bola, a sus intereses y a sus asientos y tronos.

Síguenos en Telegram: https://t.me/impactoespananoticias