La Comunidad Autónoma está de suerte tras asegurarse un gobierno fuerte y sólido durante los próximos años. Estaba claro que la decisión en primer lugar, del electorado, sumada a la decisión de Alfonso Fernández Mañueco iba a ser la mejor y la que proporcionará a toda su población las políticas y la estabilidad que merecen. En este sentido, es necesario destacar la desmesurada reacción que han tenido los socialistas ante acertada decisión.

En términos generales, la desgastada izquierda ha decidido atacar al Partido Popular mientras le acusaba de pactar con la extrema derecha. Acusación totalmente falsa, ya que, para empezar, Vox no es un partido de extrema derecha. Por tanto, el pacto llevado a cabo es un pacto que se ha alcanzado sobre la base de un programa al servicio de las personas, respetando siempre el orden constitucional y el Estatuto de Autonomía de Castilla y León.

Una vez más, las mentiras y la hipocresía del sector izquierdista de nuestro país, ha intentado corromper la democracia con el fin de engañar a los españoles. Las falsas acusaciones son provenientes sobre todo del Partido Socialista, el cual sí que se vendió y pactó con extremistas y comunistas para gobernar la nación.

Prueba de ello es el escenario en el que nos encontramos actualmente: los precios disparados frente a un desgobierno de la mentira, obviamente en esto último no se pronuncian públicamente.

Durante estos días, tampoco mencionaron en medios nada sobre su apoyo incondicional a los independentistas y populistas desde las pasadas elecciones en España… se les ha debido olvidar quienes son los que realmente pactan con extremistas.

Tras las pasadas elecciones autonómicas el Partido Popular ha demostrado una vez más, ser un partido serio, un partido de Estado, que está para servir a todos y cada uno de los ciudadanos en todos los niveles.

En resumen, los castellanoleoneses son sensatos y afortunados y lo que debería hacer el Partido Socialista ante la esperada victoria es abandonar el rédito electoralista además de la polarización porque todos necesitamos estabilidad, ahora más que nunca.

Finalmente, aconsejarles que, en lugar de criticar las decisiones de los gobiernos autonómicos elegidos democráticamente, se centren en España y en reducir los impuestos a los carburantes para aliviar la carga de las familias y de la industria de nuestro país. La situación que estamos viviendo es insostenible.

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