LA VERDAD, MÁS QUE ENTUSIASMO

“La verdad es una necesidad constitutiva de la persona y este puede definirse como el ser que necesita absolutamente la verdad y, al revés, la verdad es lo único que esencialmente necesita el hombre, su única necesidad incondicional”

Opinion 07/05/2022 MARIANO GALIÁN TUDELA
descarga
LA VERDAD, MÁS QUE ENTUSIASMO

Me da la impresión que desde la Península Ibérica, del brazo de Portugal, mirando al fondo de Europa todo lo que le rodea está empapado de conciencias desencantadas y nos encontramos fuera de lo que siempre hemos asumido como ideales de vida. Parece que sus grandes paisajes y todas las poblaciones que la conforman andan perdidas, escondidas y turbadas de donde pensábamos deberían saltar de alegría y vivir en plena armonía con los demás.

Miren por donde, impresiona que todo es contradictorio, que dentro de su diversidad majestuosa exista una unidad esbelta, con valores de validez universal, pero sin embargo, con dolor, vemos en sus caras y en sus espaldas una cierta “conciencia de agravio” pues han preferido ser muchos de ellos políticamente correctos y, es que la relativización de todos los valores, el relativismo ético, se presenta ante muchos de nuestros contemporáneos como la única posibilidad de superar ese mal radical que implican las convicciones morales absolutas, donde la única forma de abandonar la conciencia de culpa que acompaña a toda actuación seria, para alcanzar así una presunta “nueva inocencia”. Dicho relativismo, ese que nos niega las verdades absolutas, desea de hecho “ahogarnos” a lo bestia, constituyendo la reducción de cualquier valor a cambio de “liberados todos nosotros de los grandes valores: todos serán equivalentes”. 

Ante lo expuesto, nos situamos así frente a un engaño mafioso del aprecio de la postmodernidad decadente por tal diferencia. Si deseamos poner a tono el valor absoluto de toda dignidad humana, de seguro, entraremos a formar parte de ser “agresores injustificables”. Nos llamarán de todo, se nos ignorará, nos combatirán desde el mundo mediático, desde la cultura dominante que hoy impera en Europa y, más aún, desde nuestra querida España. Comenzaba el siglo XX cuando el sociólogo Max Weber avanzando con una profecía profana, que vendría a concretar las formuladas en la anterior centuria por Kierkegaard, Dostoievski y el mismísimo Nietzsche.

El diagnóstico weberiano se centraría en una célebre fórmula llamada “politeísmo de los valores”. Una vez claudicado el único Dios verdadero, los valores se salen “fuera de madre”, su existencia ya no tiene razón de ser, se enfrentan unos a otros como meros adolescentes en luchas irreconciliables, como si fuesen dioses del mismísimo Olimpo bastante desencantados. Estamos por tanto frente a la ausencia de la finalidad que conduce a la “pérdida de sentido”. A partir de ahora, como setas, surgen los especialistas sin alma y vividores sin corazón. Observemos tras sus ventanas: están por todas partes. 

Ante las ventoleras que nos trae la “crisis de la cultura” surge de lleno Martín Heidegger, con una puesta en escena algo particular, tanto por su hondura como por su radicalidad, renunciando en la prensa alemana de su tiempo a todo tipo de ética y, por supuesto, al acceso a una verdad de la persona fundada en una filosofía primera y abierta a la iluminación del Dios personal. Desea llegar al esplendor de la verdad de lo real y su fulgor mental le lleva a considerar que el resplandor es absoluto, es la gran luminosidad interna que se difunde.

Ello nos induce a pensar que tales brillos omnipresentes son luces artificiales de ciertos simulacros televisivos, donde se celebra el triunfo de la sociedad como un gran espectáculo. Dicho televisor, al final de la cuestión, sería el tabernáculo doméstico de la religión nihilista, eso que tanto gusta hoy día en los mundos azules, verdes y rojos de partidos españoles del Congreso. 

Piensen por un momento en nuestros universitarios españoles, de los cuáles, algunos habrá que se planteen seriamente en que desde sus universidades encontrarán las “verdades” que andan buscando, donde me viene a la cabeza aquel dicho tan risueño de un profesor que argumentaba: La mente de un alumno no es un vaso que debe llenar, es un fuego que debe encenderse”. Cuando existen personas que tienen cierta pasión por la verdad  se acostumbran en poco tiempo y nos habituamos a ladear con educación al cazurro del momento con sus reproches de idealismos más que utópicos.

Sin embargo, nuestros jóvenes de sangre nueva, sin haber disparatado sus mentes, con suerte, son capaces de implicarse en coloquios plenos de lucidez, comprensión y veracidad. Ello es una maravilla, donde llegas al final del camino y te encuentras de lleno con la lapidaria frase: “Si dices basta, estás perdido”. En dicho final del camino nos damos cuenta que no somos nosotros los que alcanzamos la verdad, es ella la que termina por poseernos. Ya, Ortega y Gasset afirmaba aquello de: “La verdad es una necesidad constitutiva de la persona y este puede definirse como el ser que necesita absolutamente la verdad y, al revés, la verdad es lo único que esencialmente necesita el hombre, su única necesidad incondicional”. Ante tal belleza hemos de considerar que la verdad no nos encadena de manera alguna, más bien, nos libera de la irrespirable atmósfera del subjetivismo y de la esclavitud de las opiniones dominantes, que representan hoy día los grandes obstáculos decisivos para un diálogo seriamente humano.

Una fuerza liberadora de la verdad es un valor humanista y cristiano. La fuerza de la Fe no debe ser nunca barrera alguna, sino buen acicate para los caminos de la investigación y grandes aperturas de posibilidades inaccesibles hacia la razón menguada, positivista y relativizada, que en definitiva no busca la verdad sino la certeza, dicho es, su autoafirmación. Su crispada pretensión de certeza camina orientada hacia atrás, atando cabos para garantizar el dominio ejercido por su propia razón.

La búsqueda de la Verdad, en cambio, se lanza ferozmente hacia adelante, busca ese encuentro de pleno con la realidad, sabiendo que quien busca la verdad no pretende seguridades, justo lo contrario, intenta hacer vulnerable lo que ya sabe, pues siempre se puede avanzar en los caminos del conocimiento, buscando nuevos planteamientos donde se nos nuestre la limitación de anteriores puntos de vista. Y ello, señores míos, es lo que nos invade, por desgracia, desde las sinrazones que se respiran desde la vieja Europa. 

Evite la censura de Internet suscribiéndose directamente a nuestro canal de Telegram, Newsletter

Síguenos en Telegram: https://t.me/impactoespananoticias

Twitter: https://twitter.com/impactoSumustv

Últimas noticias
Te puede interesar
patrullera-narcolancha

DE MARRUECOS LLEGAN LAS DROGAS

Impacto España Noticias
Opinion 13/02/2024

El portavoz de  los guardias dejó caer que es Marruecos y sus autoridades las que empujaron al gobierno español a disolver esa unidad ejemplar que  operaba en el campo de Gibraltar y en otras zonas españolas

15-m

REBELIÓN POPULAR, PAZ !

JOSÉ JUAN CANO VERA
Opinion 14/03/2024

En tanto los salvajes de destruyen, la ciudadanía soporta una penuria económica, social, ética y mental que a veces termina en suicidios de gente joven

AAA

Soy vocal del CGPJ y yo acuso de este desastre a los jueces en el Gobierno

José María Macías Castaño
Opinion 10/02/2024

"La desolación, por otro lado, creo que está más que justificada. Abiertamente se pacta que, a cambio de un puñado de votos para seguir gobernando, se conceda la impunidad por sus crímenes a quien, se ha concedido la capacidad de autoamnistiarse, al más puro estilo de las antiguas dictaduras argentina o chilena."

Lo más visto

Suscribete a Impacto España Noticias

IENTV, Copyright IEN,2024. Todos los derechos reservados.

Noticias

Periódico Digital Nacional

IEN