He estado unos segundos (soy millonario en tiempo libre) observando atentamente la expresión, la forma de vestir, del lengua larga (en todos los sentidos) que preside una de las grandes estafas nacionales; uno de los grandes robos realizados al pueblo español, que el calificativo de tonto se queda muy corto, y por estas tierras añadiendo lo de tonto del pijo, se gana en énfasis y en escalones despreciativos. 

La cara y el gesto del que preside el gran robo a España, a los españoles, de la gigantesca estafa que significa iberdrola (creo que ahora en garras del santísimo capital de EE.UU. pero es igual) está ubicada en el paraje donde se ubican todos y cada uno de los gestos de impunidad de los que conociendo como se fraguó todo el robo nacional que un bien español, gestado y pagado hasta el último céntimo por todos nosotros el pueblo, la energía eléctrica, sus generadores, pantanos y conductores, después aparezca todo el patrimonio en manos particulares porque un grupico de políticos se han beneficiado en el brutal robo nacional a nivel privado y particular. 

Aquí en la procesionaria Cartagena, tierra de honda resignación católica, donde hay muchas tumbas en los cementerios ganadas por respirar gases de los generadores de electricidad a lo salvaje, cualquier elemento (perdón, empresario, porque lo de bandolero en jefe queda feo en el orden cristiano) del estilo del que he estado unos segundos contemplando la foto y conteniendo las arcadas que produce su visión de elevado comemierdas, si no fuéramos unos tontos del pijo, un elemento así, ya estaría dimitido, fuera de su cargo y embargado todo el patrimonio que como consecuencia de ser aupado por toda la banda a jefe bandolero se ha llevado para su patrimonio particular, ilegalmente ganado, porque para tal desmán, el refrán que dice que el que le roba a un ladrón, tienen cien años de perdón, en el caso del robo a los españoles, si son señoritos, la religión dominante ni se pronuncia al respecto, y le otorga su bendición apostólica al día siguiente. 

Muchos países civilizados les gustaría que la naturaleza les hubiese otorgado el bien geográfico en todos los conceptos que significa el Mar Menor o Mar de Los Purines, con su clima, sus brisas, y sus posibles para muchas cosas, que no son ninguna para que los Lorzas o los Trincas de turno, ya por más de treinta años, se enriquezcan distrayendo dineros que la etiqueta pone para apañar y salvar el Mar Menor. 

Unas varias unidades de molinos generadores de electricidad ubicadas dentro de las aguas de un mar sin temporales de consideración, serían una solución de un futuro en el cual, tal y como vamos avanzando los tiempos, da la sensación que los Lorzas y los Trincas, y los tontos del pijo, no son especies que vayan camino de la extinción en sus posicionamientos sociales, ni mucho menos. Y si todo salta por los aires será precisamente por la abundancia de tales especies señaladas, que volaran por los aires contemplándolo todo desde la pantalla de su móvil de diseño. 

Si los españoles, si los cartagineses, sufridores directos en mayor proporción del veneno aéreo que significa el generar la energía que permite que un comemierdas como el jefe de bandoleros de iberdrola se de el gustado de expresar de viva voz lo que siente respecto a los tontos de sus clientes a cojones, es porque hemos alcanzado el grado máximo de tontos del pijo con matrícula de honor y derecho a un premio extraordinario que muy bien pudiera ser que nos dieran a racimos y poco a poco, como con las vacunas, por saco. 

Salud y felicidad sin covid-22.

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