El asesinato de cientos de cristianos en África es considerado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) uno de sus grandes logros en el año musulmán que acaba de finalizar.

Según una publicación interna de la banda yihadista durante los últimos doce meses consiguieron atacar y destruir “de manera continua a los cristianos y sus templos en países como Nigeria, Mozambique, Uganda y otros”. 

Pero la agrupación terrorista no se quedó solo con eso y compartió un contundente mensaje destinado “a los incrédulos, politeístas, ateos, apóstatas, y a todo aquel que combata a Dios y a Su Mensajero, hostilice a Sus monoteístas y combata el estado de los musulmanes, a aquellos de ustedes que tengan un remanente de oído o intelecto, que se examinen a sí mismos (…) les recordamos que no luchamos contra ustedes por dinero, poder o un puñado de polvo; luchamos contra ustedes porque no hay más Dios que Alá y Mahoma es su Mensajero”. 

En el texto, festejaron el asalto a la cárcel de Gweran, en Siria, como una de sus mayores victorias: “Las batallas duraron más de una semana alrededor de la prisión, causando más de 260 muertos y heridos, incluido el director de la prisión, destruyendo y dañando 27 vehículos, demoliendo los muros de la prisión y liberando a muchos presos. Esto resultó en la liberación de las familias de decenas de muyahidines después de demoler los muros de la prisión y neutralizar a sus guardias, quemando y destruyendo 8 vehículos”.

Los referentes del Estado Islámico aclararon, además, que en este nuevo año musulmán que comienza, planean recrudecer sus atentados contra los cristianos, en parte como represalia de las acciones que Estados Unidos inició en su contra. 

Recordemos que el mes pasado, Maher al Agal, uno de los líderes más importantes del grupo terrorista, murió en un ataque con misiles que realizaron las fuerzas estadounidenses.

El hombre falleció mientras conducía una moto cerca de Jindayris, y uno de sus ayudantes resultó gravemente herido, señaló el portavoz del Comando Central del Departamento de Defensa, teniente coronel Dave Eastburn. 

Las Fuerzas Armadas estadounidenses denunciaron que Al Agal había llevado a cabo actividades para fortalecer las redes de Estado Islámico fuera de Irak y Siria. 

“Este ataque reafirma nuestro fuerte compromiso con la región y con la lucha para acabar con Estado Islámico”, indicó Joel Buccino, portavoz del comando unificado de seguridad.

Y agregó: “La retirada de este líder mermará la habilidad de la organización para llevar a cabo ataques a escala global, pero Estado Islámico sigue representando una grave amenaza para Estados Unidos y sus socios en la región”.

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