Opinion MARIANO GALIÁN TUDELA 07/02/2023

DESHONRAS DE LAS UNIVERSIDADES

La degradación de las mentes de nuestros universitarios y la falta de bagaje profesional de nuestros ministerios baratos en las Autonomías están a flor de piel

MARIANO GALIÁN TUDELA

Cuando la marabunta del personal de hace unos años en España se perdía en los vacíos educativos de nuestras Universidades gracias a “la educación des neutral “desde nuestros profesores universitarios, ya se veía venir que de estudios e investigaciones -nada-, de altura de miras -menos aún- y de divulgación científica universitaria mejor no hablar. Los mundos de la calidad y la excelencia han sido como si a un invertebrado platelminto o anélido le hablas de “libertad de enseñanza”. Lo mismo.

Eso sí, si tocamos sus sensibilidades políticas saben bastante del tema e incluso, suelen ser cotorras de primera hablando de lo que han escuchado, pero nunca desde una argumentación propia producto de su reflexión. Las violencias e insultos de los alumnos tras unos años en los “templos de la sabiduría” es una asignatura de matrícula para todos.

Los dirigentes de los gobiernos autónomos, tal cual, no saben no contestan. La degradación de las mentes de nuestros universitarios y la falta de bagaje profesional de nuestros ministerios baratos en las Autonomías están a flor de piel.

Los viejos maestros del saber “sin saber” un año más, echan los líquidos en sus aulas donde los contenidos de tal veneno degradan cada día más las inteligencias de nuestra juventud. Pero no todas ellas comparten tales haceres. Los falsos maestros, muchos los hay, han prostituido estos lugares tan sagrados.

Nos debería dar la impresión que estos grandes centros, si desean cumplir su función debería ser desde el estudio y la inteligencia y nunca desde el mundo asambleario. No hemos de olvidar que sabiduría, reflexión y argumentación son los cauces precisos para hacer de este mundo universitario un lugar más amable.

El gran Sánchez -Albornoz repetiría frases tan sobresalientes como estas: “La Universidad es un templo. La calle es un lugar donde podemos defender, machacar o ensalzar nuestros ideales”.

El profesor Sánchez Cámara, de los buenos rectores de España y buen escritor no para de decirnos que “ existen dos recintos que rechazan  por su naturaleza las gestas políticas: los templos en honor al Altísimo Creador y las Universidades, y si las Universidades dejan de serlo, se ocupa el vacío para lugares de estudio y reflexión, prostituyéndose en ágoras de acción revolucionaria, como está sucediendo, y no vacilo, seguía argumentando D. Ignacio, en profetizar la crisis total, irremediable, de la cultura occidental”.

Nos guste o no estamos encharcados de una barbarie descomunal. Las profecías de D. Ignacio parecen cumplirse y nos acechan las ruinas del “jardín desbastado” de la cultura superior. Entiendan Ustedes ahora de donde procede el cómo están nuestros alumnos, nuestros jóvenes y los que se dicen serán los que antes o después querrán llevar los timones por donde navegará  esta España repleta de salvajadas.

No se olviden de la importancia de la filosofía en los tiempos que nos ha tocado vivir y, por ello, nuestro Partido Popular el primero, la ladeaba como virus que trae el diablo, donde el relativismo axiológico, el que declara que todos los valores son equivalentes, partiendo de la base que no creen en los valores. Ya en sus tiempos, Max Weber  defendía la necesidad de separar la política de la ciencia, y por tanto de la universidad. Pero seguimos siendo unos descreídos.

Sigo con el insigne Weber:  el científico no puede valorar su objeto sino sólo analizarlo y describirlo. La acción política no tiene lugar en la universidad y, la reflexión por ella, un sí rotundo.

 Nietzsche diría: ¡qué buen ideal sería el aprender a pensar, a leer y a escribir!. No estaría mal. Ya observamos que los que deberían ser nuestros Templos de la Sabiduría, hoy  no cumplen esas reglas ni por asomo y, posiblemente tendríamos que hacer camino en el callar y escuchar, leer, reflexionar, donde los gritos y los insultos que los dejen para los bancales de las huertas y los campos.

Nuestras Universidades, nuestros Templos de la Sabidurías están más que profanados, deshonrados, A ver ahora quién le pone los cascabeles al gato.

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