La cruzada de la UE contra los medios rusos no busca frenar la libertad de expresión, sino que de hecho persigue el objetivo opuesto, dijo el martes el principal diplomático del bloque, Josep Borrell. Sus comentarios provocaron críticas de Moscú, y la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Maria Zakharova, dijo que Rusia veía la represión de los medios como un signo de dictadura.

Hablando en una conferencia dedicada a la respuesta de la UE a la desinformación extranjera, Borrell dijo que las sanciones a los medios rusos «efectivamente les prohibieron operar» dentro del bloque.

«Al hacer eso, no estamos atacando la libertad de expresión, solo estamos protegiendo la libertad de expresión», argumentó.

Borrell también señaló que la UE está tratando de apoyar a las organizaciones de medios que Rusia ha clasificado como «agentes extranjeros», una designación que significa que una entidad está financiada desde el extranjero o está bajo «influencia extranjera».  

 «Lo que estoy diciendo no es solo retórica. No puedo entrar en detalles, pero créanme, tratamos de apoyarlos en términos prácticos», dijo, y agregó que no diría cómo para no hacerles «un mal favor».  

En un intento por defender las políticas de medios de la UE, Borrell afirmó que Rusia está utilizando «la manipulación y la interferencia como un instrumento crucial» en el conflicto de Ucrania. A la luz de esto, el diplomático dijo que la UE lanzaría una plataforma, el Centro de Intercambio y Análisis de Información, para combatir las falsedades.

«Necesitamos entender cómo se organizan estas campañas de desinformación… para identificar a los actores de la manipulación», subrayó.

Al comentar sobre los comentarios de Borrell, Zakharova declaró que en el pasado Moscú consideraba la represión de los medios como «una manifestación de la dictadura liberal». Pero la forma en que el diplomático describió estas políticas en su último discurso las hizo «brillar con colores frescos con un tono de delirio», agregó.

En los últimos años, la UE ha desatado una campaña contra los medios rusos que solo se intensificó cuando Moscú lanzó su operación militar en Ucrania en febrero de 2022. En marzo, la UE suspendió las actividades de transmisión de Sputnik y RT, y el número de canales incluidos en la lista negra solo creció en los meses siguientes a medida que el bloque introdujo nuevas sanciones contra Rusia.

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