Opinion JOSÉ JUAN CANO VERA 12/02/2023

UNA IZQUERDA ROTA, 150 AÑOS DE LA PRIMERA REPÚBLICA

Comunistas y neocomunistas, populistas frente a un socialismo sin partido y separatistas de toda la vida esquilmando

Comunistas y neocomunistas

Comunistas y neocomunistas, populistas frente a un socialismo sin partido y separatistas de toda la vida esquilmando. Viene de lejos, cuando la II República −al final tocaremos el advenimiento de la Primera, que este sábado 11 de febrero cumple CIENTO CINCUENTA AÑOS− enfrentamientos rotundos de una izquierda radicalizada desde aquel abril de 1931 que solo fue una esperanza, y una derecha ultra, como hoy VOX, defendiendo los intereses de un capitalismo viejo y sin Ideas. Se repiten los errores, garrafales.

Este diario digital lo pronosticó cuando el Pacto del Oso, el abrazo traidor de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el salón noble de Moncloa, a un tiro del madroño de la Puerta del Sol, plaza de una historia taurina, de cuernos y violencia. Aquel acuerdo de intereses y negocios  falsos de ideologías contrapuestas es  ya un combate miserable en donde nadie tiene el honor de dimitir y salvar la cara. Viven de cine, de puta mare como diría el andaluz castigado.

El Gobierno da síntomas de incompetencia, sectarismo, irracionalidad, y androfobia feminista que aumenta la violencia de género en competencia con una campaña mediática sin ningún tipo de pedagogía, además de construir trenes más grandes que los túneles asturianos y santanderinos, y para más inri está fabricando una Ley Trans sin sentimientos.

En este trance o parto se publica que la renta de las familias desciende un ocho por ciento, el peor dato de la OCDE, que los precios se disparan hasta el diecisiete por ciento y que la sanidad pública se tambalea, produciendo crisis sicóticas.

Están embriagados de soberbia, y la derecha no se sacude la sombra de los bancos, ni explica un programa social liberal al estilo de las potencias europeas más avanzadas.

Vivimos en una crisis oscura porque el PSOE  ha permitido que sobre un talud de mentiras encadenadas e incultura histórica, cuasi religiosa,, de Podemos y su coro de folclóricas, una de las más nocivas operaciones de propaganda electoralista que erosiona nuestras libertades, estancada la democracia, socialmente daña la vida del español medio.

EPÍLOGO.- La Primera República. Hace 150 años. 13 de Febrero de 1873. No hay analogías, pero la Historia nos viene a demostrar, explicado didácticamente y sin maniqueísmo fóbico, que hay errores clásicos, de libro, que se repiten a todo lo largo de los tres últimos siglos.

Como diría el vecino de turno, los mismos perros con distintos collares, pero ya domesticados, hasta los pobres  perros de caza marginados por Moncloa.

Tras la abdicación de Amadeo Primero, el Congreso y el Senado, reunidos en asamblea nacional proclamaron la republiquilla de nada, aunque sí se produjo en un tiempo de cierta efervescencia política, el llamado SEXENIO DEMOCRÁTICO, una época de «sana agitación», pero la multiplicación de los problemas  hizo complicada la estabilización del nuevo régimen que apenas duró un año tras la marcha del monarca importado por Prim, desde la vieja colonia española de Italia.

Fue una república integrada por otras varias, incluyendo los cantones de la región murciana sublevados contra el imperio madrileño de los cien mil listos, unas autonomías con barcos y cañones.

Fue unos tiempos, como evocaría Ramón y Cajal, en los que la «historia se fabricaba al minuto» que aun hoy se contempla con decretos leyes sin pasar por el Parlamento. El advenimiento de aquella república fue algo inesperado como reconoció don Francisco Pi y Margall, posiblemente el más popular de sus presidente de Gobierno, y «vino por donde menos esperábamos, ni en las potencias europeas, tampoco».

Y lo peor, una república sin republicanos, y cinco presidentes de gobierno en doce meses aupados por una cola de partidos nacionales y regionalistas imponiendo sus fueros, mas el pasado de cuatro guerras civiles. Y el mal de siempre, el fantasma de un federalismo provinciano que alimenta ahora la coalición de Sánchez.

La realidad es que aquel ensayo nos da visiones contrapuestas, oscila entre la demonización y el encomio. Los republicanos pasivos nos sentimos en un mar de dudas, porque solo una república es factible, en España, si cuenta con la solidez de un frente amplio, comprendido entre la derecha, el centro y a izquierda. Mañana.

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