El jefe de la diplomacia de la Unión Europea Josep Borrell (PSOE) argumentaba recientemente que puesto que los talibanes «habían ganado la guerra» la UE se ve obligada «a hablar con ellos».

«No he dicho que vayamos a reconocer a los talibanes», argumentaba el veterano político, si bien defendió dialogar con ellos tras su reconquista récord del país afgano.

 Borrell es un hombre fuerte no solo en la diplomacia europea sino entre los socialistas europeos y españoles. En el Gobierno de Pedro Sánchez ostentó la cartera de Exteriores. Su posición ha sido secundada por buena parte de la izquierda española y europea que sin embargo, propone en España ‘un cordón sanitario’ para VOX. Una incongruencia complicada de defender.

Un cordón sanitario para VOX
Basta acudir a Google o cualquier buscador para encontrar innumerables referencias que la izquierda ha hecho a la hora de aislar al partido de Santiago Abascal en las últimas fechas.

Ángel Gabilondo, el que fuera candidato del PSOE a las elecciones autonómicas de Madrid del 4-M, dijo que le harían «un cordón sanitario» a VOX porque eran «una amenaza para la democracia».

 A nivel nacional, la entonces portavoz del Ejecutivo, María José Montero, aunque no citó a ningún partido en concreto, defendió la necesidad de aislar a la formación derechista porque su discurso incitaba al odio.

«Hay que poner un cordón sanitario a cualquier formación política que haga de esta incitación al odio su catecismo, cuando no condena hechos tan graves de hechos tan reprobables».