Pedro Sánchez podrá esquivar dos semanas más el control del Congreso en un momento especialmente delicado por la crisis de Kabul y el precio desorbitado de la luz. La pasada semana, Sánchez ya rechazó acudir al Parlamento para dar explicaciones, en una sesión extraordinaria, por el plan para la evacuación de Afganistán. La negativa -que Moncloa justificó porque no veía «prioritaria» la intervención del presidente- indignó a la oposición. Ahora, la Mesa del Congreso -con mayoría de PSOE y Podemos- aprobará este miércoles la propuesta de calendario de sesiones, que lleva el primer control al socialista al 15 de septiembre.

De esta forma, Sánchez no acudirá al Congreso hasta un mes después de la toma de Kabul por parte de los talibanes. Y tampoco dará respuesta a la subida récord de la electricidad.

El presidente socialista, ausente en los primeros días de la operación de evacuación de Kabul, delegó la pasada semana en el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, la labor de informar al Parlamento. La Diputación Permanente, donde PSOE y Podemos son mayoría, salvaron también entonces al jefe del Ejecutivo de dar explicaciones a la oposición.

 El retraso en el calendario parlamentario permite también a Sánchez tomar un respiro en plena crisis de la subida de la luz. Un asunto que tensa las relaciones con Podemos y que incomoda especialmente al Ejecutivo. Tras un agosto histórico, el precio de la electricidad se ha disparado ya un 188% en el último año. Y todo, ante la pasividad de PSOE y Podemos, que clamaban contra la subida de la factura cuando estaban en la oposición. Este miércoles la electricidad anota un nuevo récord de 132,47 euros/MWh. Una escalada que tiene lugar ante las ineficientes medidas adoptadas por el Gobierno para contener el precio del recibo.

En la reunión de la Mesa del Congreso, tanto PP como Vox han expresado su rechazo a este retraso. En concreto, el vicepresidente cuarto del órgano y diputado de Vox, Ignacio Gil Lázaro, ha calificado la decisión de aplazar los Plenos de «dañina para la estética de la institución y una falta de respeto a la misma», según informaron fuentes parlamentarias.

 Por su parte, el PP ha registrado una proposición no de ley para exigir a Sánchez que celebre ya el debate sobre el estado de la nación.

«Sánchez huye de la sesión de control del congreso hasta el 15 de septiembre, habrán pasado casi 3 meses desde la última, con España desbordada de problemas. Es inaceptable. Y lleva 1.185 días de presidente sin debate sobre estado de la nación», ha escrito en sus redes sociales la portavoz del Grupo Parlamentario Popular.

Agenda propagandística

Sánchez renuncia al control del Congreso mientras despliega su agenda propagandística. Este miércoles, el socialista ha ofrecido una conferencia política para dar inicio oficialmente al nuevo curso político y presentar sus planes para los próximos meses. En la cita, celebrada en la Casa de América (Madrid), Sánchez ha enfatizado la recuperación económica tras la pandemia, con la llegada de los fondos europeos, y la culminación de la vacunación contra el coronavirus.

Sánchez, en una realidad paralela, se ha jactado de que «los españoles están mejor que hace un año» y ha transmitido euforia tras las vacaciones de verano, que ha pasado en el Palacio de La Mareta (Lanzarote), pese a las críticas.

Sánchez ha abogado por afrontar el nuevo curso con «esperanza» para abrir «una nueva etapa mejor» y ha reclamado «la unidad de acción y la lealtad de todos los actores institucionales, los agentes sociales y la sociedad civil».

El líder del PSOE encara un otoño complicado, marcado principalmente por la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, las difíciles relaciones con Podemos y la mesa con el Govern separatista, exigente en la demanda de «amnistía y autodeterminación».